El 'miedo económico' acelera las rebajas

Pasear ayer por el centro de las principales ciudades vascas podría llevar a pensar que, en lugar de primeros de enero, el calendario había avanzado ya hasta finales de febrero, cuando las rebajas de invierno dan sus últimos coletazos. Muchos comercios lucen pegados a sus escaparates grandes carteles con un 50% escrito, al que de forma mayoritaria acompañan con un "hasta" en euskera o en castellano. María Paz Irastorza, responsable de Comercio de la Cámara de Comercio y Navegación de Bilbao, reconoce que puede sorprender, pero destaca que es una estrategia comercial que ya se ha registrado en otras ocasiones. Responde más a una sensación -el miedo a la ralentización económica- que a una realidad de la cuenta de resultados.

"Los consumidores han perdido poder adquisitivo y perderán más"

La incertidumbre económica abierta en los últimos meses, la misma que ha hecho variar los planes electorales de los grandes partidos, está afectando al consumidor. El cierre del año con una inflación provisional del 4,3%, crisis de liquidez en los mercados y un cambio en la marcha del empleo preocupa a los ciudadanos en la medida que las economías domésticas perciben que cuentan con menos capital disponible para hacer frente a sus gastos mensuales. Y ello además en un marco de crecientes precios de los productos básicos, comenzando por la alimentación.

"Los consumidores han perdido poder adquisitivo y todavía van a perder más con el petróleo al alza, el euribor disparado y con el euro muy caro con respecto al dólar. Si hay menos dinero, los ciudadanos deberán controlar su nivel de gasto", asegura a este periódico Koldo Nabaskues, presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios Vasca.

Irastorza afina aún más el análisis y diferencia entre el consumo de productos básicos y el llamado personal (ropa, complementos, ocio, equipamientos, juegos,...) Del primero, que agrupa los alimentos, el agua, la electricidad,... no se puede prescindir y el aumento de sus precios ha dejado menos dinero disponible en la cesta de la compra de las familias.

Los datos de la pasada campaña de Navidad no se conocen y el resultado provisional de las rebajas no se conocerá hasta entrado el mes de febrero. El periodo legal de las rebajas abarca desde el 7 de enero al 31 de marzo y los comercios pueden fijarlas durante un máximo de dos meses.

La percepción de que el año ha sido bueno la marca el índice de confianza de la Cámara de Bilbao, que hasta el tercer trimestre del año pasado fue favorable. "La temporada se ha comportado como toca y se ha vendido. No sabemos lo que ha quedado para las rebajas y lo ideal es que la mayor parte no se venda en este período. Al final, la subida de los productos básicos habrá que retraerla de algún lado", señala Irastorza, quien agrega que en ningún caso ha apreciado pesimismo en el sector y que las rebajas vayan a ser un mecanismo para subsanar una mala campaña.

El reclamo del 50% ha marcado mucho la carrera de descuentos. Grandes comercios como El Corte Inglés o pequeñas tiendas de una cadena comercial como Oysho lo muestran como una invitación a entrar. Una vez en la tienda, las rebajas son buenas, aunque no todo sale a mitad de precio: muchos productos dejan el descuento en el 10%, el 30% o el 40%. Las mayores rebajas tampoco se limitan a marcas desconocidas. Firmas como Chevignon, Schott NY o Caramelo acompañan sus productos con el codiciado 50%.

El año empezó muy bien, con 40.439 establecimientos abiertos en Euskadi y 124.459 empleos, según el Informe del Comercio que elabora el Gobierno. El sector suma ya cinco años de crecimiento ininterrumpido. En este periodo, el número de tiendas ha aumentado un 4,6% y el de empleos, un 18,6%. Del total de los establecimientos, los minoristas representan el 78,4% del conjunto del sector.

Las estimaciones de la Cámara de Bilbao concluyen que hasta el tercer trimestre del pasado año las ventas del comercio minorista crecieron un 2,2%.

El Gobierno no cuenta todavía este año con los datos exactos del número de comercios que se acogen a las rebajas, pero estiman que serán similares a los del pasado ejercicio: un 13% del total de establecimientos de Álava, un 35% en Guipúzcoa y un 52% en Vizcaya. La participación en esta campaña siempre resulta sensiblemente superior a la de verano, a la que se acogen un menor número de comerciantes.

Las oficinas municipales de consumo han reforzado durante estos días sus horarios de trabajo y recomiendan atención a los clientes para que se cumpla la normativa a la que se acogen los comercios que cuelgan el cartel "rebajas".

Tanto el Gobierno como las asociaciones de consumidores han hecho una vez más un llamamiento para que se eviten compras "compulsivas". La pretensión es que los ciudadanos adquieran lo que necesitan a un precio mejor, pero no que salgan de rebajas a comprar cualquier cosa que vean barata. "Nos preocupa el consumo como ocio de los centros comerciales. Hay que aprovecharlas para comprar productos necesarios y no como un estímulo para quien tiene una sensación de vacío. Sobre todo, porque las compras compulsivas las hacen normalmente quienes no tienen capacidad económica", dice Rubén Mendiola, director de Consumo.

Nabaskues, que respalda esta misma tesis, señala también que el riesgo de fraude en rebajas resulta muy bajo ya que el nivel del comercio en Euskadi es "muy bueno" y los consumidores conocen bien sus derechos.