¿En qué emplea Robert el tiempo libre?
Plant graba con Alison Krauss un disco alejado del sonido Led Zeppelin
"La madre de todos los retornos", brama la prensa inglesa: 20.000 entradas vendidas a 180 euros cada una, que los afortunados compradores retiraron ayer entre fuertes medidas de seguridad. Y el planeta, en vilo por lo que ocurra esta noche en el O2 Arena londinense. Con todo, la vuelta de Led Zeppelin para un único concierto no impide que Robert Plant (West Bromwich, 1948) presuma más del disco compartido con Alison Krauss, Raising sand.
¿Una estrella del bluegrass estadounidense junto al Dios dorado del rock de los setenta? "Siempre he intentado construirme una carrera que no estuviera determinada por la música de Led Zeppelin pero, más o menos, ésa era la duda. Saber si nuestros mundos aparte podían funcionar unidos", confiesa Plant desde un automóvil, en los alrededores de la capital británica. Hay respuesta: quizá estemos ante su mejor álbum tras la disolución de la banda inglesa en 1980.
¿Y cómo cuajó lo improbable? "Bill Flanagan, el periodista que me animó a telefonear a Alison, pensaba que consistía sólo en una cuestión de corazón musical. A ambos nos gustaban nuestras respectivas trayectorias y, después de años de espera por problemas de agenda, apenas nos faltaba encontrar un coordinador". El prestigioso T-Bone Burnett (Roy Orbison, Elvis Costello) fue elegido para producir y encargarse de unas cuantas cosas: "Él ya había trabajado con Alison en la banda sonora de Cold Mountain. Seleccionó la mayor parte del repertorio y sumó todos los ingredientes. Y para mí, que jamás había contado con un productor que no fuera yo o alguien de mi banda, supuso un alivio. Además, no había conocido mente tan privilegiada como la suya. Nunca hay que pensar que ya sabes demasiado...".
Una breve actuación conjunta de Robert y Alison en 2004 a propósito de un homenaje a Leadbelly, legendario pionero de la música de raíz estadounidense, resultó premonitoria. Al igual que la obra de éste, Rising sand iba a ser un manual de todos los géneros de la americana. "Aunque a Leadbelly, como era negro, sólo se le asociaba al mismo blues del que luego bebimos grupos británicos como Led Zeppelin o Cream".
Con su ex banda Plant practicó, además de rock duro, blues y folk, géneros que también ha tocado en solitario por ejemplo en Dreamland (2002), por no hablar del fugaz proyecto The Honeydrippers, combo propenso al R&B. Otra cosa es aproximarse al country: "Mi mayor reto en el disco fue interpretar Your long journey, una composición country-gospel de Doc Watson. Alison me ayudó mucho porque suele cerrar sus shows con un número parecido. Lo mismo hice yo cuando ella se sentía demasiado blanca para cantar algún corte". Viejas gemas de Allen Toussaint, Tom Waits, Gene Clark o Townes van Zandt completaron el cancionero.
Y detrás del dúo, superdotados con fundamento como el guitarrista Marc Ribot o el batería Jay Bellerose. "Ha sido mi primera vez con músicos estadounidenses", asegura Plant, para quien Rising sand es más fruto de una banda que álbum de duetos. La pareja sólo hace seis temas mano a mano, en el resto se alternan en la voz solista y las armonías vocales, novedosas para Robert. El inglés maravilla sin necesidad de exhibir toda su gama. Ambos susurran, acarician las palabras. Hay calidez y cierta oscuridad: "Me complacen las comparaciones del sonido con el cine de David Lynch".
Pese a buscar nuevas fronteras (con Afro Celt Sound System o Tinariwen, la banda tuareg de Malí), la desidia de Plant por Led Zeppelin se ha ido modulando. De ignorar sus canciones, a incluirlas en su repertorio y plasmar incluso un par de proyectos junto al guitarrista, Jimmy Page. Con John Paul Jones en las teclas y Jason, el hijo del fallecido John Bonham, a la batería, les espera la cacareada reunión benéfica. Robert la ve como punto y final, aunque se finja elusivo: "Una sola fecha, es todo lo que ahora sé". Mejor pensar en su gira mundial junto a Alison, ya apalabrada, y en una pequeña huida: "Me escapo a Ibiza a ver si consigo componer".
Babelia
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