Morales traslada a una ciudad fiel el debate sobre la Constitución
La Asamblea boliviana se reúne en Oruro sin presencia de la oposición
La directiva de la Asamblea Constituyente de Bolivia convocó anoche una sesión extraordinaria en Oruro, capital de la provincia donde nació el presidente, Evo Morales, para aprobar antes del viernes el texto definitivo de la nueva Carta Magna, con la que el primer mandatario indígena en la historia del país pretende refundar Bolivia.
Los diputados del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales se disponen a aprobar en unos días los 408 artículos y 10 disposiciones transitorias que forman la nueva Constitución, cuyo índice fue aprobado por mayoría simple hace dos semanas en Sucre, lo que generó unos violentos disturbios que se saldaron con cuatro muertos.
El MAS tiene 139 escaños en la Asamblea y el 50,7% de los votos, pero no cuenta con los dos tercios que hacen falta para la segunda vuelta de la votación. A la sesión acudieron 153 asambleístas de los 255 electos en 2006, informa Efe. Centenares de mineros y campesinos se instalaron en las inmediaciones del foro para garantizar la "seguridad" del mismo.
Ante la imposibilidad de imponer su criterio a la oposición, Evo Morales ordenó hace meses a su partido modificar unilateralmente el reglamento de la Constituyente para que bastase la mayoría simple, ante lo cual la oposición optó por abandonar los trabajos de la Asamblea.
La nueva sesión, cuya legalidad también es dudosa dado que Sucre es la capital constitucional y sede teóricamente obligatoria de las reuniones, fue convocada después de una semana de dudas entre Morales y sus consejeros sobre dónde podría reunirse la Asamblea evitando que la oposición tomara las calles. Sólo tres de los nueve departamentos en los que se divide Bolivia siguen fieles a Morales, aunque con una gran mayoría de simpatizantes que las encuestadoras cifran en torno al 50%.
En teoría cada uno de los artículos debe ser leído, discutido y votado para su aprobación, pero ayer el MAS había filtrado la posibilidad de aprobar el texto por bloques en el caso de que no dé tiempo a cumplir el plazo del 14 de diciembre, otra medida que la oposición califica de ilegal.
Algunos aliados de Morales han asegurado a medios bolivianos que no se necesitan "más de tres horas" para que la nueva Carta Magna salga adelante.
Esta votación es la que centra la atención de todo el arco político boliviano, especialmente después de la derrota sufrida por Hugo Chávez en Venezuela. La oposición boliviana da por descontado que el Movimiento Al Socialismo aprobará el texto en la Cámara, pero la perspectiva de una revancha en las urnas puede retardar, al menos en pocos meses, un enfrentamiento civil al que el país parecía precipitarse de manera casi inevitable hace apenas 15 días. Por si acaso, el Ejército reiteró ayer su lealtad a Morales y su jefe, el general Wilfredo Vargas, tachó de "cobardes" y "antipatriotas" a los gobernadores que han llamado a la desobediencia civil contra Morales.
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