"No saber leer es peor que fumar"
Mercedes Cabrera (Madrid, 1951), ministra de Educación, después del informe Pisa. No estamos "en el abismo" en términos educativos, dice. Aquí explica por qué ve "el vaso medio lleno".
Pregunta. ¿Cuál fue su sensación cuando recibió los datos?
Respuesta. Que recibo un retrato de la sociedad española. Estamos donde hace veinte años nunca pensamos que íbamos a estar: en el grupo de los países más desarrollados de la OCDE.
P. ¿Y esos resultados?
R. Si digo que son buenos se interpretará mal. Pero nos sitúan junto con la media de la OCDE, a centésimas de algunos de los que más respetamos y con los cuales queremos compararnos. ¿Mejorables? Por supuesto.
"Se dice que estamos empeorando. Y no lo estamos"
"Lo peor del sistema educativo es la imagen que tiene"
"Hasta muy tarde tuvimos unas tasas de analfabetismo muy altas"
"Estamos en una sociedad en la que los jóvenes tienen su propio lenguaje"
P. El ranking dice que son malos resultados.
R. Porque queremos ser los primeros, y me parece muy loable. Ojalá que el desafío de ser los primeros en educación fuera el desafío permanente de toda la sociedad española, no sólo cuando sale el informe PISA sino 365 días al año... Y no parece ser una prioridad, mire las estadísticas del CIS.
P. ¿En qué se fijó más?
R. En el problema de la lectura. Hay que verlo con cautela. No es el centro del análisis del informe PISA. Pero en comprensión lectora hay un descenso que hemos de mirar con precaución: es un descenso generalizado. ¿Más preocupante el caso de España? Probablemente.
P. ¿Usted no estará hablando como esos entrenadores que pierden y elogian al equipo?
R. Para nada. Pero sí me parecen injustos comentarios que se hacen sobre el sistema, con poca información, que no contribuyen a mejorarlo.
P. ¿Qué comentarios?
R. Como que estamos en el fondo de un abismo, y no es cierto. También se dice que estamos empeorando. Y no estamos empeorando. Para afirmar eso tendríamos que ver los informes PISA de hace veinte años, y no había. Asumo mi responsabilidad, pero lamento decir que muchas veces la responsabilidad social sobre estas materias se manifiesta de manera muy hipócrita. Nos preocupamos cuando sale el informe y sacamos los datos fuera de contexto.
P. Hemos bajado veinte puntos en comprensión lectora. Eso es muy malo.
R. No voy a quitarle importancia al asunto, que siempre nos preocupó; estamos haciendo esfuerzos, creamos bibliotecas escolares, hemos reforzado en la Ley Orgánica de Educación la obligación de la lectura, estamos haciendo un ejercicio de recuperación de esa lectura que se hacía y que quizá hemos dejado de hacer en las escuelas o en las casas.
P. Lo español se opone a lo finlandés. ¿Qué hacen ellos que no hagamos nosotros?
R. El informe PISA distingue por áreas; nosotros estamos en el área mediterránea, y ahí estamos por delante. Nos comparamos con los países a los que nos parecemos más por muchos motivos. Podemos compararnos con Finlandia. Es un ejemplo. Pero los propios responsables del informe han dicho que PISA no da modelos, y que un modelo trasplantado a otro sitio no funciona. Ahí hay un índice que evalúa el nivel educativo de los padres, el entorno social en el que el joven estudia, el número de libros que hay en las casas... Si aplicamos el filtro que significa ese índice, el sistema educativo español no sólo lo hace bien sino que lo hace muy bien. No hay modelos, hay referencias.
P. ¿Cuáles son?
R. Una es la autonomía de los centros escolares, que necesitan una identidad propia, la capacidad para adaptarse al tipo de alumnos que tienen, y otra es la calidad del profesorado... Y en esas direcciones vamos... Se va a poner en marcha el título de Grado, para maestros de educación infantil y primaria, y habrá un máster universitario para la formación de profesores de educación secundaria.
P. Dice que estamos en la cola en la preocupación por la educación. ¿Qué consecuencias tiene eso?
R. Tiene bastante que ver con la queja del profesorado del poco reconocimiento hacia maestros y profesores. Tenemos un mar de contradicciones sobre la educación; los grandes avances en la educación en este país se han producido en las últimas dos o tres décadas. Hemos tenido un gran colapso educativo que duró mucho tiempo.
P. ¿Ve posible un pacto de Estado sobre estas materias?
R. Si se quiere llamar así... El pacto entre los partidos tendría que consistir fundamentalmente en no utilizar la educación para tirarse los trastos.
P. A lo mejor están poniendo demasiados paños calientes y la sociedad termina diciendo: "Dicen la ministra y el presidente que no es tan grave". ¿Cómo se va a alarmar la sociedad si ustedes no están alarmados?
R. Lo que decimos es que no está empeorando el sistema educativo; no es cierto que estemos en el abismo. Y eso es lo que quiero que quede claro, y queda claro en el informe PISA.
P. Pero estamos en la mitad de la tabla. Como en el chiste, ni frío ni calor.
R. No es que no haga ni frío ni calor, o que estemos cerca del 500. Es que estamos junto con los países de la OCDE.
P. En un número bajito.
R. Y le doy toda la importancia, de cara al futuro, porque está claro que o sabemos leer y entender lo que leemos o desde luego que sí nos vamos a retrasar en relación con otros países. Hemos tenido un sistema educativo que hasta antes de ayer, porque 1991 es antes de ayer, no tenía la escolarización obligatoria a los 16 años.
P. ¿Qué sigue siendo malo?
R. La falta de flexibilidad. Y yo creo que lo peor del sistema educativo es la imagen que tiene, y que no se corresponde con la realidad. Debemos implicar a la sociedad. Siempre hablamos de Finlandia, pero es que en Finlandia hay una sociedad que ha entendido, desde hace mucho tiempo, que esa era la oportunidad de futuro.
P. Muchos titulares han hablado de fracaso y de culpa. ¿A usted le han preocupado más los titulares que los datos?
R. Me preocupan los datos, desde el principio; pero me preocupa mucho más que los titulares no se ajusten a la realidad. El sistema educativo español ha sido capaz de responder a los retos que ha tenido esta sociedad en los últimos 30 años. No ha fracasado el sistema educativo.
P. ¿Si usted fuera sólo profesora ahora analizaría igual los datos?
R. Pues sí, porque una de mis primeras reacciones cuando vi el informe PISA fue recordar algunos mapas que aparecen en libros de historia económica y de historia social sobre el proceso de alfabetización en España. Y recordé que hasta muy tarde tuvimos unas tasas de analfabetismo muy altas. Y que después de un enorme esfuerzo interrumpimos el esfuerzo a principios del siglo XX... Intentemos comparar los índices de fracaso con los que había antes de 1991, cuando la educación no era obligatoria hasta los 16 años.
P. "Los chicos no son capaces de leer tres líneas sin perderse".
R. Terrible sobre todo porque no saben lo que se están perdiendo. Yo creo que aquí tenemos una enorme responsabilidad todos. Todos. Y por supuesto el sistema educativo... Estamos en una sociedad en la que prima la imagen, los jóvenes tienen su propio lenguaje, el chat, el sms. Todo eso es una realidad que tendremos que incorporar a la explicación de qué pasa con la lectura.
P. ¿Y por qué ustedes no hacen una campaña para la lectura tan agresiva como la que la ministra Salgado hizo para que la gente dejara de fumar?
R. Probablemente hace falta una campaña de este tipo. Y lamentaría que la sociedad fuera menos receptiva ante una campaña de este tipo que ante la campaña contra el tabaco, porque quizá para la salud es peor no saber leer que fumar.
P. Por cierto, ¿cómo está usted de lectura?
R. Toda la que puedo. Y ahora mismo sí tengo que reconocer que leo fundamentalmente novelas.
P. ¿Y eso qué significa?
R. Eso significa que antes leía novelas y libros de historia, de ciencia política, de sociología, y ahora leo fundamentalmente novelas.
P. Cuando el presidente Zapatero le ha propuesto que siga, ¿qué le ha dicho?
R. Bueno, no sé por qué se da por hecho que me ha dicho que siga, pero bueno...
P. ¿Y si se lo dijera?
R. Cuando uno asume responsabilidades públicas es consciente de lo que está asumiendo. Y ha de seguir en esas responsabilidades mientras piense que se está cumpliendo con ellas. Y horizontes hay muchos.
P. Ministra, ¿el vaso está medio vacío?
R. ¿El de la educación? Medio lleno. Estaba medio vacío hace nada. Podemos seguir llenándolo.
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