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El descontrol de los precios

La inflación desborda las pensiones

El Estado pagará 3.024 millones, el mayor coste desde que se compensa la desviación del IPC

El descontrol de los precios va a convertir la revalorización de las pensiones de este año en la más cara de la historia. El Gobierno deberá arañar 3.024 millones de euros adicionales para compensar a los pensionistas por la desviación de la inflación, que en noviembre alcanzó el 4,1% interanual, según datos provisionales. Se trata del mayor nivel desde enero de 2006 si se considera el índice general (el armonizado lo tocó en mayo). Las pensiones suben cada año al menos un 2% -objetivo oficial de inflación-, pero desde 1994 el Estado debe aplicar el alza real de precios, tomando como referencia el IPC de noviembre.

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El desembolso de este año es el mayor al que se ha hecho frente desde que existe la norma y equivale, por ejemplo, a lo que gasta el Estado al año en pensiones no contributivas (aquéllas por las que el beneficiario no ha cotizado). En 2000, la inflación de noviembre alcanzó el mismo nivel que ahora, pero entonces había menos beneficiarios (ahora son casi nueve millones con los perceptores de prestaciones no contributivas) y la mensualidad era más baja. El objetivo de esta medida es que la subida de precios no erosione el poder adquisitivo de los pensionistas.

Como restitución de lo perdido este año, los pensionistas recibirán una paga única alrededor del 20 de enero que supondrá casi 200 euros para la pensión media (los importes varían según la cuantía de cada prestación). Ese gasto se imputará al Presupuesto de 2007. En una segunda fase, la mejora se consolidará en la pensión futura. Es decir, los aumentos que se apliquen a partir del próximo ejercicio tomarán como base la pensión de 2007 ya revalorizada, con cargo a las cuentas de 2008.

El 4,1% avanzado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) deberá confirmarse el próximo 14 de diciembre. Es posible que varíe una décima, como ocurrió el año pasado, pues el dato provisional responde a la inflación armonizada, homologable con la Unión Europea, pero que no siempre coincide con la general.

El hecho de que la inflación de noviembre sea muy superior a la media del año favorece a los pensionistas, pues ven crecer sus rentas un 4,1% en un ejercicio en que los precios avanzan de media un 2,65% en 11 meses. En 2006 ocurrió lo contrario: el IPC subió en noviembre menos que la media del año, por lo que perdieron poder adquisitivo.

De confirmarse el dato conocido ayer, las pensiones en general subirán un 4,1%. Como ha ocurrido en toda la legislatura, el incremento será muy superior para las mínimas, que perciben unos tres millones de personas. Ese colectivo experimentará mejoras de entre el 5,1% para las no contributivas y el 8,6% en el caso de jubilados con cónyuge a cargo. Estos porcentajes ya incluyen la desviación de inflación.

Sobre qué artículos fueron los que más contribuyeron al repunte de precios, hay poco margen para la sorpresa: el protagonismo del petróleo y de los alimentos en el alza de precios volverá a ser casi absoluto. "El impacto de estas subidas se extenderá al menos hasta el próximo verano", advierte el responsable del servicio de estudios de Caixa Catalunya, Xavier Segura.

Las diferencias en la cotización del barril de brent son elocuentes: en noviembre del año pasado, la media mensual no llegó a 60 dólares, mientras que ahora supera los 90. Y en los alimentos, aunque el precio de materias primas cedió algo en octubre -el trigo vuelve a subir esta semana-, su repercusión en bienes de consumo se prolongará varios meses más.

El Instituto Flores de Lemus estima que los precios de los alimentos elaborados fueron este mes un 6,7% más altos que los de noviembre de 2006, frente al 6,1% anual que se registró en octubre, cuando artículos como la leche (18%) y el pan (13%) ya acumulaban subidas muy acusadas. Y los productos energéticos pasarían del 7% al 10%.

"Pero también es cierto que los precios de los bienes industriales siguen en niveles muy bajos, por debajo de la media europea, y que en los servicios no hay variaciones significativas", apunta Antoni Espasa, director del Instituto Flores de Lemus. Espasa destaca que esta evolución es un indicador de que la industria y los servicios apenas han trasladado el mayor coste del petróleo a sus productos finales, lo que los economistas llaman "efectos de segunda ronda".

"Lo que tiene menos explicación es que haya una traslación tan rápida e intensa de las subidas en materias primas", señaló Xavier Segura en referencia a los repuntes en energía y alimentación. De hecho, el diferencial con la zona euro, en torno a 0,5 puntos porcentuales hasta septiembre, se ha doblado.

"La economía se desacelera y la inflación se dispara, es una paradoja preocupante", advierte Segura. El jefe del servicio de estudios de CC OO, Miguel Ángel García, añade que el efecto moderador de la competencia entre las empresas se queda corto. "Los deberes están por hacer", dijo en alusión al Gobierno. Y admitió que el repunte de precios "complica la próxima negociación colectiva": el IPC de diciembre determinará en cuánto tendrán que compensar las empresas a los trabajadores con cláusulas de revisión salarial por el desvío sobre la inflación estimada. Y, como ocurre con las pensiones, el desembolso será esta vez mucho mayor.

En noviembre los precios subieron del tirón 5 décimasVídeo: ATLAS

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