ALMUERZO CON... FRANCISCO IBÁÑEZ
"A mis hijas les gustaban más Zipi y Zape que Mortadelo"
Se siente un hombre lápiz. Si no tiene uno en la mano, la tentación de sustituirlo por un cigarrillo se duplica. Fuma al llegar al restaurante y encenderá un par de cigarros más al final de la comida. "Si no tengo un lápiz en la mano, siento que esta extremidad me sobra", afirma.