"Cuando haces 'strip-tease', tú eres tu propio agente"
Brazos tatuados, "que siempre dan elegancia", según subraya ella misma, mirada de limón exprimido y cierto toque Betty Page. Diablo Cody no tiene la imagen que uno suele asociar al hoy airado gremio de guionistas norteamericanos. Mientras sus colegas siguen en huelga, ella ha venido al Festival de Gijón a presentar Juno, de Jason Reitman, una comedia agridulce, adolescente e indie que algunos consideran la próxima Pequeña Miss Sunshine.
"La idea surgió de manera muy espontánea", afirma Diablo Cody (de nombre real, Brook Busey-Hunt). "En mi caso, la ignorancia del oficio fue una bendición. No tenía ni idea de estructura de guión. Todo empezó con la imagen, poderosa y cómica a la vez, de una adolescente embarazada sentada frente a un joven matrimonio que quiere convertirla en madre de alquiler. Quise construir una película a partir de ahí".
En Juno, Ellen Page encarna a una adolescente cínica y deslenguada que busca una solución razonable a su embarazo no deseado. Una pareja de yuppies aparece como posible respuesta, pero los líos no han hecho más que empezar. "No queríamos moralizar con un tema tan controvertido", explica Cody. "En comedias recientes como Lío embarazoso ni siquiera se menciona la posibilidad del aborto. Entiendo que, por cuestiones de género, quieran ser películas blancas y familiares, pero, en el fondo, son conservadoras. Yo, en el tema del aborto, estoy por la libre elección".
También destaca en la película una mirada precisa sobre los claroscuros de la adolescencia: "Siento una responsabilidad personal respecto a la representación del adolescente en el cine americano", declara la guionista. "Se suele mostrar a chicos únicamente interesados por el sexo y a chicas puramente materialistas. Todo es muy superficial, porque esa etapa está más relacionada con la transformación de tu forma de ver el mundo. Tengo mucha fe en los jóvenes".
La propia vida de Diablo Cody parece un guión hecho en Hollywood, versión cuentos de hadas para adultos. Comenzó su carrera como secretaria en una agencia de publicidad: "Era un desastre. No me organizaba, perdía documentos, los jefes me odiaban... Creía que iba a ser un fracaso de por vida, que me iba a tener que exiliar de la sociedad", comenta. La salvación estuvo en el strip-tease y en las líneas eróticas: "No sabía nada al principio. No sabía bailar, no tenía coordinación, no sé seducir... Fue un gran periodo de aprendizaje, pero nunca llegué a la maestría del oficio. En un strip-tease la conversación es lo más importante: cuando lo haces, tú te conviertes en tu propio agente de ventas, vendes tu imagen, te vendes a ti misma, te acercas a un hombre y le haces sentir especial".
Diablo Cody volcó sus experiencias "en el bajo vientre de la sociedad" a través de su blog personal (The Pussy Ranch). Escribió un libro de memorias (Candy Girl: A Year in the Life of An Unlikely Stripper) y la llamada de Hollywood no se hizo esperar: "Todo lo que he conseguido en mi vida ha sido gracias a Internet. Incluso me casé con mi novio de Internet. Aunque ya nos hemos separado, puedo afirmar que puedes encontrar al amor de tu vida en la Red". Diablo Cody acaba de escribir el proyecto piloto para una serie ideada por Steven Spielberg -The United States of Tara-, "una telecomedia protagonizada por una madre con personalidad múltiple" y prepara dos nuevos guiones: Jennifer's Body, una comedia de horror, y Girly Style, que ella considera la respuesta femenina a Supersalidos.
Babelia
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