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El PSE facilitará los presupuestos a Ibarretxe por tercer año consecutivo

Los socialistas se perfilan como apoyo necesario del PNV en las diputaciones

El PSE ha renunciando a presentar hoy en el Parlamento, cuando concluye el plazo reglamentario, una enmienda a la totalidad al proyecto de presupuestos del Gobierno para 2008, que suma 10.692 millones de euros, incluyendo las sociedades públicas.

Ambas partes buscan una fórmula sobre el Instituto Vasco de Finanzas

La decisión responde al principio de acuerdo terminado de madurar en una reunión que ambas partes mantuvieron ayer, según señaló el portavoz parlamentario socialista, José Antonio Pastor, y confirmaron fuentes del Ejecutivo. Serán las terceras cuentas consecutivas que Ibarretxe sacará adelante esta legislatura gracias a un pacto con los socialistas. El clima de entendimiento viene estimulado por esos acuerdos alcanzados en los dos ejecicios pasados y el avanzado de nuevo este año en el Congreso por el que el PNV ha votado los Presupuestos Generales.

El compromiso no está cerrado del todo, coincidieron también ambas partes, pero sí "lo suficientemente avanzado", según Pastor. El principal obstáculo de este año, la intención del Gobierno de poner en marcha el Instituto Vasco de Finanzas, se mantiene como factor de discrepancia, pero las comisiones negociadoras "exploran una fórmula que satisfaga a ambas partes", precisó.

El avance, previsible por otra parte, permite aventurar que el PSE dará su voto favorable también a las terceras cuentas de la legislatura. Todo indica además que serán las últimas, dada la anunciada intención del lehendakari de disolver el Parlamento, bien tras el pleno de junio de 2008 en el que pedirá autorización para una consulta, bien tras la celebración de ésta en octubre.

El Gobierno, que empeoró en las elecciones de 2005 la situación minoritaria que arrastraba del anterior mandato, ha logrado aprobar de modo regular los presupuestos gracias a estos sucesivos acuerdos. Los socialistas se han convertido así, a la vez, en principal grupo opositor y, paradójicamente, principal soporte del Ejecutivo.

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El PSE espera rentabilizar electoralmente esta combinación de papeles, que explica como un ejercicio de responsabilidad que perseguiría no hacer pagar a una sociedad "harta de espectáculos circenses" ni la parálisis que la insistencia soberanista del Gobierno habría, según los socialistas, causado ni el "obstruccionismo" del PP. Esta última formación acusó ayer a los socialistas de estarse "vendiendo barato" al tripartito.

"A los socialistas no nos van a ver ni crispando la vida política, ni tratando de meter en la cárcel a los adversarios ni organizándonos homenajes victimistas", resumió Pastor para criticar a sus rivales. "Ocupamos la centralidad política", recalcó, sin ocultar el objetivo último de la estrategia: "Hacer posible un Gobierno de cambio presidido por un lehendakari socialista".

El PSE sigue fuera de todas las instancias de poder, salvo sus ayuntamientos, desde 1998, pero se ha convertido en un puntal imprescindible para el PNV. Y ello pese a que la fórmula tripartita de gobierno, que no resultó posible en ninguna diputación ni gran ayuntamiento tras las elecciones de mayo, siga vigente y a que el lehendakari, junto al sector más radical de su partido y sus socios de EA y EB, la quieran prorrogar.

La realidad se ha impuesto incluso a los integrantes de esa parte del PNV, que también ha tenido que recurrir a los socialistas. Así ha sucedido en Álava, donde un representante tan destacado del sector soberanista como el actual diputado general, Xabier Agirre, aupado a ese puesto en julio pasado por el desacuerdo entre PP y PSE, acaba de pactar sus presupuestos con esta última formación.

En Vizcaya, el PNV ha abierto igualmente negociaciones con los socialistas, al serle imposible entenderse con EB. Y en Guipúzcoa el ejecutivo en minoría del PNV y EA precisa al PSE para asegurarse las cuentas.

Pastor, entre las parlamentarias del PSE Isabel Celaá (derecha) y Joana Madrigal, en la rueda de prensa.
Pastor, entre las parlamentarias del PSE Isabel Celaá (derecha) y Joana Madrigal, en la rueda de prensa.EFE

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