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Cumbre de las conserveras para salir de la crisis con subidas de precios

Las firmas diseñan un modelo para ganar poder frente a los hipermercados

Las seis mayores conserveras españolas, cinco de ellas gallegas, concentran el 80% de la producción, pero están en pérdidas. Por eso han concertado una reunión confidencial para diseñar un nuevo modelo de relación con las grandes cadenas de hipermercados y supermercados. Las empresas aseguran que las distribuidoras están utilizando las conservas como producto reclamo de bajo precio, vendiendo al púbico incluso por debajo del coste de producción. La cumbre se celebrará en Vigo en los próximos días, con la asistencia de Calvo, Jealsa Rianxeira, Isabel (Garavilla), Frinsa, Albo y Alfageme, así como los directivos de la patronal Anfaco.

Las empresas han sido advertidas de que no podrán pactar precios
Las 'seis grandes' suman más de 6 millones de euros en pérdidas
Las 'seis grandes' controlan el 80% de la producción de latas en España
"Yo no descarto que mañana hagamos latas de carne", dice Alonso, de Jealsa

Los fabricantes de conservas afirman que el precio de las latas permanece invariable desde hace 20 años, como lo prueba el Plan Estratéxico da Industria Conserveira que acaba de elaborar la Consellería de Pesca. Según este estudio oficial, el kilogramo de pescado y marisco en conserva permanece invariable en poco más de tres euros.

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El sector ya ha sido advertido internamente por el Ministerio de Agricultura y Pesca que de la reunión no podrá salir un pacto de precios mínimos de producción, ya que sería combatido como cartel por la Comisión Nacional de la Competencia.

Fuentes de la cumbre informaron a este diario de que "la reunión no es para pactar precios; no queremos montar el cartel del atún". Las mismas fuentes expresaron que la intención es la contraria: evitar la guerra de precios que está hundiendo a los fabricantes y elaborar un nuevo marco de trabajo y lanzamiento de nuevos productos. La propia Anfaco está muy interesada en aumentar los contratos de innovación de su centro tecnológico, Cecopesca, que ya tiene un plan para triplicar su plantilla de investigadores en los próximos cuatro años.

La reunión, surgida hace dos meses en la última Conferencia Mundial de las Conservas, celebrada en Vigo, responde a una situación económica calificada de "insostenible" por las empresas. Las últimas cuentas de resultados de las seis grandes (ejercicio 2006) acumulan unas pérdidas de más de seis millones de euros, con un volumen de negocio de casi 1.200 millones. Lo peor es que las empresas que aún están en beneficios presentan, en todos los casos, una rentabilidad sobre ventas inferior al 3% anual.

Otro de los objetivos de la cumbre es buscar el lanzamiento de nuevos productos alimenticios basados en el pescado y marisco, que puedan ser producidos por las casi 150 plantas de producción conservera que existen en España.

Algunas industrias ya están haciendo sus primeros ensayos en el mercado, comercializando desde precocinados en envases de plástico, pasando por atún envasado en tetra brick, hasta latas de caldo gallego. Galicia es el mayor productor europeo de conservas de pescado y concentra casi el 60% de la producción de atún enlatado de la UE.

En lo que concierne al atún (65% de los ingresos del sector), los conserveros afirman que la nueva estrategia debe partir de la base de que este pescado está sometido a fuertes tensiones de oferta (alza del precio), debido al aumento de la demanda mundial y el estancamiento de su pesca.

Las seis grandes del sector conservero español, que aglutinan el 80% de la producción española, han convocado la reunión para buscar una estrategia conjunta que les permita salir de la crisis, mejorando los precios de venta de sus productos y lanzando nuevos alimentos enlatados de mayor valor añadido. La cumbre se celebrará en los próximos días (la fecha es confidencial) en la sede de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados (Anfaco) en Vigo.

A la reunión está prevista la asistencia de los consejeros delegados de Calvo, Manuel Calvo García-Benavides; de Jealsa Rianxeira, Antonio Alonso; de Frinsa, Ramiro Carregal Rey; de Garavilla, Juan Corrales Garavilla; de Hijos de Carlos Albo, Jesús Albo; y del director general de Alfageme, Miguel Llana. Cinco de las seis grandes son compañías gallegas.

Sobre la mesa de los principales conserveros españoles está la peor coyuntura económica a la que se han enfrentado. Con buenas plantas de producción y diversificación internacional (fábricas de elaboración en Latinoamérica), las seis grandes presentan una cuenta conjunta de 1.186 millones de euros en ventas, pero con 6,4 millones de euros en pérdidas. Dos de las empresas están en números rojos y las otras cuatro tienen una rentabilidad inferior al 3%, menos de lo que les daría cualquier banco en una cuenta corriente.

Ni Anfaco ni las empresas han querido dar publicidad a la cumbre, que tiene el rango de reunión confidencial, para evitar problemas con la Comisión Nacional de la Competencia, que podría acusarles de pactar precios. "No queremos formar el cartel del atún", explicó uno de los dirigentes conserveros, "lo que queremos es solucionar los problemas de una industria que emplea a más de 12.000 personas en Galicia y que, si sabemos hacer bien las cosas, ha de tener un buen futuro por delante". La idea principal no está tanto en alcanzar un pacto de precios mínimos ante la gran distribución, como en diseñar una estrategia empresarial que convenza al Ministerio de Agricultura y a la Consellería de Pesca para otorgarles ayudas a la reconversión.

La reunión surgió hace poco más de dos meses en la Conferencia Mundial de las Conservas, celebrada en Vigo. Ya entonces las grandes empresas conserveras advirtieron que si no mejoran sus resultados, se verán obligadas a cerrar la mitad de sus fábricas y a despedir a unas 8.000 trabajadoras.

"Hasta ahora no hemos subido los precios porque los conserveros nos comemos las tripas antes que dejar de fabricar. Pero eso tiene fecha de caducidad", opina Juan Corrales Garavilla, ejecutivo de la empresa familiar vasca que hace unos meses recompró la mayoría de Conservas Isabel al BBVA.

Lo que ha llevado a las conserveras a una situación de pérdidas o baja rentabilidad ha sido su propia guerra de precios, para colocar grandes producciones a las marcas blancas de hipermercados y supermercados.

"El precio de las latas tradicionales permanece casi invariable desde hace más de 20 años", dice el secretario general de Anfaco, Juan Manuel Vieites. Las empresas han tomado algunas iniciativas de innovación en sus producciones, pero aún no han logrado un éxito rotundo entre los consumidores para que paguen más por lo que hay dentro de una lata.

Calvo y Garavilla se están lanzando a las ensaladillas, mayor precio con menos atún y más legumbres, así como a los patés de atún; Jealsa Rianxeira ha apostado por vender el atún en un tetra brick y en dados, para obtener mejor precio de mercado; Albo ha apostado por permanecer en la gama alta de precio de la conserva clásica, con buen resultado, pero está lanzando latas de paella, fabada y hasta caldo gallego; Alfageme está reconvirtiendo toda su producción y ha empezado a vender precocinados de arroz con calamares o pasta con atún y gambas; Frinsa es el mayor productor español de marcas blancas.

Pero hasta ahora, el grueso del negocio de todas las conserveras continúa siendo la producción del estuche de tres latas redondas de atún, un mercado que ya controlan las marcas de la distribución (marcas blancas) en un 54%.

Las empresas consideran que han de firmar el fin de la guerra de precios, toda vez que en poco tiempo se incorporarán a ese segmento las compañías asiáticas (Tailandia y China, fundamentalmente), que ya copan el 35% del mercado europeo.

"Yo no descarto que nosotros, mañana, hagamos latas de carne. Somos industria de alimentación", subraya Juan Alonso Escurís, director de operaciones de Jealsa Rianxeira. "Pero no debemos olvidar que este seguirá siendo un mercado de volumen y las empresas estamos dimensionadas para hacer grandes volúmenes", advierte Manuel Calvo.

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