Una muestra revisa el culto a los antepasados en el arte africano
Muchos transeúntes que caminan por la bilbaína calle de Sombrerería se detienen a la altura de su número 10 y observan con curiosidad el interior de un pequeño local especializado en arte africano. Es Kalao, galería que regenta Jesús Ahedo, un aficionado que aprovecha sus frecuentes viajes a África para comprar obras en anticuarios de distintas ciudades. Tal es el origen de las 42 piezas rituales que se exhiben en El culto a los ancestros en los pueblos voltaicos, exposición que se puede visitar hasta el 12 de diciembre.
La mayoría del material procede de Burkina Faso, antiguo Alto Volta, país surcado por el Volta Negro, el Volta Rojo y el Volta Blanco, tres ríos que se unen en Ghana para formar el lago Volta. La selección permite constatar que sus desconocidos autores trabajaron con destreza diferentes maderas y fueron expertos fundidores. La selección incluye figuras de ancestros, cerraduras adornadas con animales totémicos, bustos de terracota, poleas para tejer, vasijas, brazaletes y campanas utilizadas en ritos adivinatorios.
Las 42 piezas proceden en su mayoría de etnias de Burkina Faso
Las piezas provienen de las etnias bobo, bwa, samo, mossi, lobi, moba y ashanti, que las usaban en ritos funerarios y, sobre todo, como objetos puente entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Otra imagen
Jesús Ahedo opina que ello la convierte en especialmente interesante "para quienes creen que en el mundo de los muertos se decide buena parte del día a día de los vivos". Los objetos no son herramientas de brujería, sino instrumentos para procurar protección y prosperidad a quienes las poseen, según detalla el galerista.
El fin último de la muestra, que ha sido ambientada en la sala con música utilizada por la etnia lobi para sus ritos y ceremonias funerarias, es mostrar la calidad artística de los pueblos africanos y ayudar a configurar otra imagen de su continente, "romper un poquito el estereotipo del horror, la enfermedad y la muerte".
"Al final, la mente se nos hace a ese tipo de ideas y no asociamos África con la calidad cultural, con la riqueza de la creatividad de sus artistas, cuando insuflaron vida a las vanguardias europeas a finales del XIX y principios del XX, y están detrás de la creación del cubismo por Picasso. Su importancia no es tan pequeña y tan baladí", concluye Ahedo.
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