"Mi tío Puyi sólo quería restaurar su dinastía"
Aisin Gioro Yulan fija la cita para el almuerzo a las 11 de la mañana frente al Estadio de los Trabajadores. Un sitio de resonancia proletaria para un hombre, que, si la historia hubiera seguido otros derroteros, podría haberse convertido en emperador de China o, al menos, en noble y pudiente príncipe.
Yulan llega caminando, vestido de oscuro, cazadora negra y zapatos acharolados. Sonríe amablemente. Poco hay, a primera vista, que le diferencie de millones de chinos. Poco que delate que es sobrino del último emperador, Aisin Gioro Puyi, que murió sin descendencia
El sobrino del último emperador chino vivió en un campo de reeducación
[Aisin Gioro es el nombre de clan de la dinastía manchú, que gobernó China entre 1644 y 1911]. Poco que revele su sangre aristocrática. Hasta que, media hora después, instalado en una mesa del restaurante Fangshan, en el parque Beihai, comienza a hablar. "Éste era uno de los platos favoritos de la emperatriz Cixi", dice, mientras señala un pastelillo de color amarillo. Los bajorrelieves dorados cubren el salón del elegante edificio de tejados curvos, situado al borde del lago del "parque más bello de Pekín".
"Algo simple, lo simple es siempre lo mejor", sugiere a la hora de pedir. Pero elegir algo sencillo en este lugar especializado en la cocina de la Corte es todo menos sencillo. Al final, la decisión es un menú compuesto de 13 recetas típicas de la época. Yulan nació en diciembre de 1948, nueve meses antes de que Mao Zedong fundara la República Popular China. Hacía más de tres décadas que la última dinastía china se había desplomado, y más de dos que Puyi había sido desalojado de la Ciudad Prohibida.
Pero el pasado imperial, del que nunca disfrutó, ha estado siempre presente en la vida del menor de los hijos de Aisin Gioro Puren (hermano de Puyi). "Nací en la residencia del príncipe Chun, no lejos de aquí. El Gobierno la confiscó en 1951", cuenta mientras fuma un cigarrillo tras otro. "Fui a un colegio normal, pero cuando regresaba a casa no podía salir a jugar con otros niños, porque mi familia era distinta".
Yulan no pudo acabar los estudios. Durante la Revolución Cultural (1966-1976), fue enviado a la provincia central de Henan, donde trabajó seis años como campesino. Luego se convirtió en profesor. En 1993 regresó a Pekín, y siguió en la enseñanza hasta que se jubiló hace dos años. Ahora se dedica a restaurar antigüedades, y a la caligrafía. Sus dos hermanos son funcionarios del Gobierno. Tiene una hija de 32 años.
Cuando se le pregunta dónde estaría si la dinastía Qing hubiera sobrevivido, responde: "Ese si es un si muy grande. Nunca he ambicionado el poder. Si trabajas para el Gobierno, no siempre puedes decir la verdad". Cuando se le menciona qué piensa de su tío, colocado por los japoneses, en 1934, al frente del Estado títere de Manchukuo (Manchuria), replica: "El objetivo de Puyi era noble, intentaba restaurar la dinastía Qing". Y cuando se le plantea cómo conjuga su vida de ciudadano corriente con su origen palaciego, afirma: "No soy rico, pero tengo lo suficiente. Cada persona debe tener su propio sueño".
Restaurante Fangshan. Pekín
- Té, aperitivos fríos, pastelillos de harina de guisantes y habas, consomé de tendón de ciervo, oreja de mar, langostinos fritos, vieiras con salsa de chiles, rollitos de pato, setas con brotes de bambú, pescado mandarín agridulce, setas con verdura, bollos de sésamo con carne picada, pasteles variados y fruta.
Menú dos personas: 608 yuanes (56 euros)
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