"El éxito ha dejado a Uribe sin programa"

Eduardo Pizarro y Leongómez fue uno de los grandes fichajes del presidente Uribe. Intelectual, historiador, independiente, un suspiro escorado a la izquierda, aceptó encabezar la Comisión de Reparación y Reconciliación de Colombia que vigila la desmovilización de los paramilitares, una contraguerrilla rica en masacradores en serie y narcotraficantes. Según el Gobierno, en dos años 30.000 paras han dejado las armas, con lo que no deberían quedar más de 4.000 instalados a pelo en el bandidaje, y las FARC, con otros tantos efectivos entre primera línea y liberados de la gleba, han tenido que replegarse a la braña más abrupta. Y añade Pizarro, a su paso por Madrid, que "una media de nueve guerrilleros deserta cada día desde hace varios meses".

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Crece la idea de que la mejor alternativa a un Chávez es la izquierda moderada

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¿Por qué ahora? "El negocio ya no es lo que era. Sólo tienen 80.000 hectáreas de coca, en vez de 160.000, aunque la mejora genética de la planta les ha permitido mantener la producción en unas 800 toneladas anuales. Pero la desintegración de los grandes carteles impide a las FARC participar en los beneficios de la distribución, con lo que en vez de los 3.500 millones de dólares (2.450 millones de euros) de otros años, en 2006 sólo sacaron 800 millones".

Pizarro tiene aún seis años por delante para supervisar el reacomodo de los paras, pero no quiere pasar de las presidenciales de 2010, sobre las que el país político no para de preguntarse si Uribe optará a un tercer mandato. "El éxito ha dejado al presidente sin programa. Los secuestros, que eran miles por año en Bogotá, apenas llegaron en 2006 a 400. Y ya no hay secuestros de un millón de dólares; como máximo, operaciones de 50 a 100 millones de pesos (15.000 a 30.000 euros). Pero Uribe sigue haciendo campaña sobre seguridad, cuando la idea ya está amortizada. La élite ha perdido el miedo y seguir hablando de ello es reiterativo".

Pero tampoco piensa que el presidente tenga gran interés en nombrar sucesor. En septiembre, pareció que ungía al jovencísimo Andrés Felipe Arias, que como titular de Agricultura apenas ha pasado de la pubertad ministerial, pero ante la mención de su nombre, Pizarro se encoge de hombros. La izquierda, en cambio, que encarna el Polo Alternativo Democrático -"El Polo", para los amigos-, afirma que tiene posibilidades. "Los liberales elegirán a Rafael Pardo [ex ministro de Defensa y vivo retrato de hidalgo castellano del siglo XVII], y lo interesante de El Polo es que ha dejado de inspirar miedo. Se ha corrido la voz de que contra un posible Chávez a la colombiana, el mejor antídoto es la izquierda moderada de Lucho Garzón [alcalde saliente de Bogotá]. En el rico Jockey Club de la capital, la última gracia es decir que para poder 'seguir jugando al polo, vote al Polo".

¿Y los paras?; ¿es cierto que los jefes reinsertados se están comiendo el país? "Es verdad que el narco es la nueva clase terrateniente, y que entre ellos hay paras, pero sin influencia como grupo. Hay 40 parlamentarios en la cárcel [uribistas], pero al perder su escaño han dejado a los paras sin palanca política". A Uribe, sin embargo, ni las recientes declaraciones de una amante de Pablo Escobar vinculándole al narcotráfico, ni el escándalo de la parapolítica, ni los pringues de los militares, ni los desaires de Washington que amenazan la ayuda militar, parecen afectarle, siempre por encima del 60% en las encuestas. "Ya empezará a bajar", resume mesándose el bigote, alto y breve, el hombre de la paz.