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La UE alerta sobre los altos costes de las remesas de los inmigrantes

Los envíos de estos trabajadores a sus países triplican la ayuda exterior europea

Andreu Missé

Las remesas que envían los inmigrantes a sus países de origen se han convertido en un factor estratégico de su desarrollo cada vez más importante, que desborda con creces la ayuda exterior de los países ricos. Sin embargo, estas transferencias vitales para los países en desarrollo sufren serios recortes por los elevados gastos de envío que cargan bancos e intermediarios financieros, que suponen hasta el 20% de su valor. Los ministros de Economía de la UE, en su reunión del pasado día 13, alertaron de esta situación y de las dificultades para la integración de los inmigrantes.

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En el Consejo, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, advirtió de los riesgos de que la inmigración pueda producir una caída del PIB en los países de origen si no se adoptan las medidas adecuadas. "Será importante", precisó, "que los Estados miembros ayuden a reducir los efectos negativos como la fuga de cerebros y a aumentar los efectos positivos de las remesas, por ejemplo, reduciendo el alto coste de las transacciones".

En 2006, las remesas que enviaron los inmigrantes en la UE a terceros países alcanzaron los 19.200 millones de euros, un 13% más que el año anterior, según Eurostat. Una cifra que triplica el volumen total de la Acción Exterior de la Unión, que para ese mismo año alcanzó los 5.867 millones de euros, según el informe del presupuesto que presentó esta semana el Tribunal de Cuentas.

No todo es ayuda

El Tribunal señala que un 80% de estos recursos fueron gestionados por las delegaciones de la Comisión Europea en los terceros países. No todo es ayuda. La parte del león de estos fondos figura bajo el epígrafe relaciones exteriores (3.530 millones), seguida de desarrollo y relaciones con los países de África, Caribe y Pacífico (1.310 millones) y ayuda humanitaria (635 millones). Existen otras ayudas fuera del presupuesto, como los créditos del Banco Europeo de Inversiones.

El volumen real de las remesas es difícil de cuantificar, pero en cualquier caso excede las cifras oficiales de los Estados. Un reciente estudio elaborado por los investigadores de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Sergi Jiménez-Martín, Natalia Jorgensen y José María Labeaga, por encargo de la Comisión Europea, eleva estas cifras.

Según sus estimaciones, las remesas de los inmigrantes de la UE a terceros países se elevaron a 18.665 millones en 2004. Un informe interno de la Comisión del pasado día 6, basado en las estimaciones del Banco Mundial, señala que en 2006 los envíos de los inmigrantes a los países en desarrollo en todo el mundo ascendieron a 141.900 millones de euros, casi el doble que en 2001, y el doble de la ayuda oficial al desarrollo, 70.900 millones.

Los envíos de los inmigrantes son una gran fuente de ingresos para muchos países. Representan el 38% del producto interior bruto (PIB) de Moldavia; el 19% del de Bosnia-Herzegovina; el 15% del de Albania y entre el 3% y el 5% del marroquí.

El Banco Mundial advierte además de los envíos efectivos, ya que las remesas canalizadas por el sistema informal superan en un 50% las cifras oficiales. El desarrollo de los países pobres se basa cada vez más en sus propias fuerzas.

Bruselas estima que las comisiones cargadas sobre estos envíos oscilan entre el 2% y el 20%, para las pequeñas cantidades. En España, el coste es del 4,1%, pero en el Reino Unido, las comisiones alcanzan hasta el 40% para los envíos de 100 euros. Hay que tener en cuenta que las cuantías son muy modestas. Los envíos medios desde España a Marruecos y Venezuela, por ejemplo, son de 255 y 139 euros, respectivamente.

En la reunión del Consejo, los ministros analizaron el informe de la Comisión que destaca la importancia capital de la inmigración para compensar el envejecimiento de la UE y garantizar la mano de obra necesaria para su desarrollo económico. Desde esta perspectiva, consideraron necesario adoptar medidas para favorecer la integración de los inmigrantes.

Envejecimiento europeo

Por el envejecimiento de los europeos, la inmigración se ha convertido en la principal fuente de crecimiento de la población en la UE. En 2006, del crecimiento neto de 2,1 millones de personas, 1,6 millones procedieron del aumento neto de inmigrantes. Ocho países (Alemania, Polonia, Bulgaria, Rumania, Hungría, Estonia, Letonia y Lituania) registraron descensos de población.

El informe de la Comisión destaca que los inmigrantes constituyen además una fuerza de trabajo más móvil, especialmente en la zona euro, que "ayuda a ajustar los shocks, compensando la baja movilidad de la población local". La media de movilidad de los trabajadores no europeos es del 7%, frente al 0,6% de los nacidos en la UE. Sobre la integración, los ministros lamentaron los bajos resultados de los niños inmigrantes en la lectura.

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