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¿Debe la Iglesia pedir perdón por su apoyo al franquismo?

Historiadores y eclesiásticos de reconocido prestigio en el mundo académico español debatieron ayer, en unas jornadas organizadas por el Grupo Sant Jordi de defensa de los derechos humanos en Barcelona, sobre la conveniencia de que la Iglesia española pida, aunque sólo sea por una vez, perdón por su apoyo a la sublevación militar del general Franco y su posterior connivencia con el régimen dictatorial. No hubo unanimidad.

En la mesa redonda, titulada Por la reconciliación y los proyectos compartidos, participaron el sacerdote y profesor de filosofía, Guillem Badenes, militante del PSOE; Francisco Garmendia, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Deusto; Juan Maria Laboa, historiador eclesiástico y escritor; Hilari Raguer, historiador y monje benedictino de Montserrat, y Josep Maria Solé Sabaté, catedrático de Historia de la Universidad Autónoma.

A raíz de la reciente aprobación de la Ley de Memoria Histórica, los cinco ponentes no se pusieron de acuerdo con la propuesta de Raguer sobre la necesidad de que la Iglesia se retracte de su respaldo al franquismo. "La Iglesia del 2000 es la misma que la del 36, ha habido cambios de gobierno pero no cambio de régimen (...) La Iglesia no está exenta de responsabilidad por lo que pasó antes, durante y después [de la Guerra Civil] y por su silencio durante la sangrienta represión de la dictadura", sostuvo.

Laboa matizó las palabras de Raguer. Si bien respaldó la propuesta, señaló que el perdón por parte de las autoridades católicas debe ir acompañado por un gesto similar de todas aquellas organizaciones que protagonizaron, fomentaron o secundaron actitudes represoras, como por ejemplo partidos políticos o sindicatos. "Es un acto de cinismo que todos exijan perdón a la Iglesia y ellos no lo pidan", manifestó.

Otros países

Idéntica conclusión expresó Solé Sabaté, quien lamentó que la "reconciliación se haya convertido en algo instrumental en manos de los diferentes partidos políticos". El catedrático de Historia subrayó que en naciones como Suráfrica, Argentina, Chile o Guatemala -"países que han encarado su historia más reciente", dijo- todas las partes "han pedido perdón por sus crímenes. En el Estado español todavía no lo ha hecho nadie".

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Los obispos presentes, todos ellos eméritos, se abstuvieron de hacer comentarios directos a este asunto. Joan Martí Alanís, de La Seu, aplaudió iniciativas como la de ayer -"auspiciadas desde las bases de la Iglesia", precisó- pero agregó que también Cataluña debería arrepentirse por los "desastres de los almogávares en Grecia. En los monjes del monte Athos dejaron una herida profunda", denunció. "La capacidad de recordar de los ortodoxos no es sana, es peligrosa", le respondió Laboa.

El obispo emérito de Vic, Josep Maria Guix, rompió una lanza a favor de las beatificaciones masivas de mártires de la Guerra Civil. "No podemos dudar de su validez", destacó.

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