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El juez se inhibe ante la petición de entrar en el Pazo de Meirás

La Xunta se mantiene a la espera de que la Justicia le conceda autorización, "con todas las garantías jurídicas", para entrar e inspeccionar el estado de conservación del Pazo de Meirás, la propiedad de los descendientes de Francisco Franco que fue regalada al dictador en plena Guerra Civil. Un juez de A Coruña resolvió ayer la demanda de la Consellería de Cultura con un auto en el que se inhibe del caso y lo traslada a la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Es la misma que hace apenas tres semanas ya dictó doctrina sobre el caso con un auto en el que desestimó un recurso de los Franco y advirtió, dando la razón a la Administración gallega, que "debe prevalecer el interés público sobre el privado" y por lo tanto realizarse la inspección del pazo y sus jardines.

Hace ya siete meses que la Xunta intenta, sin éxito, comprobar el estado de conservación de una propiedad inscrita en el Patrimonio Cultural de Galicia y, por lo tanto, sometida a inspecciones de la Administración. Pero la familia de Franco, encabezada por su única hija, Carmen, impidió reiteradamente la entrada a los técnicos de Cultura, sea dando largas a las peticiones de la Xunta o directamente negándoles el acceso, como ocurrió el 30 de agosto. Fue entonces cuando empezó un embrollo judicial que tiene visos de prolongarse.

A la instancia superior

A pesar de que la más alta instancia judicial de Galicia ya se pronunció hace tres semanas sobre la legalidad de la inspección que pretende hacer el Gobierno autónomo, el responsable del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de A Coruña decidió ayer inhibirse para que resuelva el tribunal superior. Será este último el que ahora deberá conceder directamente la autorización de entrada al pazo que pide la Xunta o remitir de nuevo al juez el caso para que marque fecha, hora y límites de la inspección a la que se oponen los herederos del dictador.

Pese a este toma y daca entre los órganos judiciales, la Consellería de Cultura se mostró ayer optimista en conseguir, aunque no sabe cuándo, su objetivo de entrar en la propiedad de los Franco. Además de comprobar el estado de conservación, el departamento que dirige la nacionalista Ánxela Bugallo también pretende determinar si el pazo reúne los requisitos para ser declarado Bien de Interés Cultural, lo que le otorgaría un mínimo uso público.

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