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Los socialistas subrayan la "hipocresía fiscal" del Consell

Ángel Luna, portavoz del PSPV en las Cortes, subrayó ayer la "hipocresía fiscal" que entraña el proceder del Consell al reclamar al Estado una financiación adicional de 500 millones de euros para atender los servicios públicos que demandan los nuevos valencianos por un lado y, por otro, suprimir el impuesto de sucesiones, "que solo pagan los ricos", y acumular una serie de recortes fiscales "en beneficio de sus amigos y de sectores sociales muy determinados" que rebajan "1.110 millones de euros los ingresos que podría tener la Comunidad Valenciana en función de los impuestos cedidos o de recargo a los impuestos del Estado".

"Los 500 millones de euros que reclama al Estado son tan importantes que el presidente de la Generalitat reúne a los alcaldes de las tres capitales para protestar por el trato que reciben", recordó Luna en alusión a la reunión celebrada el lunes en Alicante para implicar a los alcaldes en el victimismo de la Generalitat.

El fracaso escolar o la falta de camas ponen en cuestión la eficacia del gasto

Gestos como la reunión de alcaldes o la sorprendente decisión del PP de retirar en el Congreso una enmienda que reclamaba 600 millones de euros para financiar el trasvase del Ebro para modificarla y solicitar 600 millones para el trasvase entre Júcar y el Vinalopó, una obra cuyo coste previsto es la mitad, revelan, en opinión de Luna, "la falta de ideas, de proyectos y de objetivos" del Consell más allá de la carga permanente contra el Gobierno central.

La misma falta de ideas, proyectos y objetivos que revela el propio presupuesto y la cansina presentación que hizo Gerardo Camps en las Cortes: "La representación de un contable que desgrana los números sin pasión ninguna".

El portavoz socialista calificó el proyecto como "un presupuesto de gasto corriente y nada inversor", una dinámica que se arrastra. Desde que Francisco Camps llegó a la presidencia de la Generalitat, el gasto corriente de los sucesivos presupuestos ha crecido un 50% mientras que las operaciones de capital, los fondos destinados a inversión, apenas han crecido un 17%. Y eso, sobre el papel, porque las nóminas se pagan hasta el último euro, mientras que la media de ejecución de las inversiones previstas nunca supera el 80%.

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Dadas las circunstancias, el discurso oficial insiste en el peso del gasto social que acumulan los presupuestos. "Es sorprendente oír a esta derecha alabar el gasto corriente, todos hacen un panegírico del gasto corriente comprometido como si eso fuera un bien en sí mismo".

Más aún, a la vista "del fracaso escolar, de la carencia de camas hospitalarias, de los problemas para aplicar la ley de dependencia o de la falta de viviendas sociales", todas ellas competencias de la Generalitat, Luna se preguntó: "¿Para qué sirve el 81% del presupuesto, se aplica con eficacia?".

"Nos preocupa la nueva situación", siguió Luna, "ante los problemas que sufre un modelo económico basado en la construcción cabría esperar una reacción del Consell". Sin embargo, las cuentas revelan un descenso respecto a 2006 de los fondos asignados a fomento de los sectores productivos o investigación sanitaria, por ejemplo.

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