Huelga contra Sarkozy
La primera huelga contra el presidente Nicolas Sarkozy, la de los trabajadores del transporte aéreo, trenes, autobuses, metros y energía, en defensa de sus regímenes especiales de pensiones, tuvo ayer un seguimiento impresionante, mayor que un paro similar en 1995 que obligó a los gobernantes de entonces a echar marcha atrás en sus reformas. Fueron 1,6 millones los empleados en estos sectores que consiguieron paralizar ayer toda Francia. Está por ver si el serio aviso de este paro logrará frenar los ardores reformistas del Gobierno, que ha prometido que "escuchará" a los sindicatos, pero que "no cederá" ante estas presiones. Pero la jornada de ayer muestra que el estilo Sarkozy de hacer política, si realmente no dedica un mayor y serio esfuerzo al diálogo, puede acabar generando una oleada de conflictos sociales. Y este tipo de huelgas, cuando se producen en un país con la situación geográfica de Francia, suponen serios inconvenientes para el tráfico aéreo y ferroviario de países vecinos, empezando por España.
Acabar con estos y otros regímenes especiales por los cuales los empleados de algunos sectores pueden jubilarse con una pensión completa habiendo cotizado menos tiempo (37,5 en vez de 40 años) que los de otras actividades fue una promesa que hizo Sarkozy durante su campaña electoral y que repitió en su toma de posesión. A diferencia de 1995, incluso la oposición socialista y centrista juzga ahora necesaria esta reforma, por lo que sus críticas han sido muy moderadas, en consonancia con la opinión pública, que sabe que estos privilegios cuestan 5.000 millones de euros al año de sus bolsillos. Sin duda, Francia está necesitada de reformas en profundidad y para ello salió elegido Sarkozy. La cuestión es cómo alcanzarlas mediante pactos y no enfrentamientos abiertos como el de ayer, pues los sindicatos quieren negociarlo todo y el Gobierno tan sólo dialogar.
Si quería reducir el impacto mediático de la huelga, Sarkozy, un político obsesionado por los medios de comunicación, no pudo elegir mejor día para anunciar su "divorcio por acuerdo mutuo" de Cécilia, lo que, pese a los rumores intensos de días anteriores, cogió al país por sorpresa. Más que la huelga que se avecinaba, las relaciones de la pareja habían sido el tema de mayor comentario en Francia en los últimos días. Dada la rapidez del acuerdo de ruptura, queda la duda de si los dos antiguos cónyuges no lo habían pactado todo de antemano, pero no la llevaron a cabo para no enturbiar la campaña presidencial del aspirante de la derecha.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.