El Supremo de EE UU suspende otra ejecución por inyección letal
Cuatro horas antes de que fuera a ser ejecutado, el Tribunal Supremo de EE UU paralizó la aplicación de la máxima pena impuesta a Christopher Scott Emmett, en el corredor de la muerte desde 2001. Era la segunda vez en este año que el reo se libraba de la inyección letal debido a sus apelaciones; la anterior fue el gobernador de Virginia, Tim Kaine, quien evitó in extremis que Emmett muriera. De madrugada, la Corte Suprema del Estado de Georgia también suspendió la ejecución por inyección letal de Jack Alderman, condenado por la muerte, en 1974, de su esposa.
No ha habido ninguna ejecución en EE UU desde el pasado 25 de septiembre, cuando el Supremo anunció que vería este mes el recurso de inconstitucionalidad de dos condenados de Kentucky que consideran que el cóctel mortal de drogas inyectado para acabar con sus vidas viola la octava enmienda de la Constitución: no se aplicarán castigos crueles o inusuales.
En otros seis Estados, todas las ejecuciones previstas están suspendidas a la espera de lo que los nueve jueces del Supremo tengan que decir. Se espera que para finales de año haya habido menos de 50 ejecuciones. Hasta el día de hoy se cuentan 46 ajusticiamientos en 2007. Hay que remontarse a 1996 para encontrar un dato semejante. Entonces hubo 46 ejecuciones.
"Creo que estamos ante una moratoria de facto", aseguró al diario The Washington Post Douglas Berman, experto judicial de la Universidad de Ohio. Richard Dieter, director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, con sede en Washington, es de una opinión parecida. "Creo que lo sucedido en Virginia, combinado con lo sucedido en otros Estados, confirma que va a existir una moratoria hasta que el Supremo se pronuncie".