Una dimisión colateral
La polémica sobre la Bienal de Venecia provoca la renuncia de Josep Bargalló, director del Institut Ramon Llull, que Carod no acepta
El embrollo en torno a la presencia de Cataluña en la Bienal de Venecia de 2009 acabó ayer con un amago de dimisión. El director del Institut Ramon Llull, Josep Bargalló, puso su cargo a disposición del consejero de Vicepresidencia del Gobierno catalán, Josep Lluís Carod Rovira, por la "precipitación" que hubo al anunciar algo que, lejos de estar cerrado, no se había ni comenzado a negociar. Carod no aceptó la dimisión de Bargalló pese a que el Institut Ramon Llull, que depende de su departamento, es el responsable de negociar la presencia catalana en Venecia.
Tras anunciar el pasado domingo a bombo y platillo la participación de Cataluña como "país invitado" y ante el posterior aluvión de críticas -Felip Puig, de CiU, pidió ayer a Carod que "se abstenga de hacer anuncios fantasma que dejan en ridículo al país y a la institución que representa"-, el vicepresidente del Gobierno catalán se cubrió ayer las espaldas, ya que al anunciar el amago de dimisión de Bargalló buscaba evitar las críticas del resto Gobierno catalán.
El vicepresidente del Gobierno catalán confesó que se "había precipitado"
El consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, fue quien tuvo que dar las explicaciones de lo acontecido. Tras la reunión del Gobierno dijo que Carod había confesado ante sus compañeros del Ejecutivo que "probablemente" se había "precipitado" al dar por hecha la presencia catalana en el certamen veneciano sin contar con la información suficiente. Sin embargo, Carod defendió la permanencia de Bargalló por el "éxito rotundo" que a su entender ha tenido la participación de la cultura catalana en la Feria del Libro de Francfort. Por esta razón, Nadal aseguró que el vicepresidente había "renovado" su confianza en Bargalló. En su reunión de ayer, el Gobierno catalán se conjuró para trabajar para que Cataluña esté en la bienal
Podría hacerlo, en todo caso, dentro del apartado de "eventos colaterales". Todo dependerá del programa artístico y del presupuesto con el que se cuente, algo que, en estos últimos años, no parece preocupar al Institut Ramon Llull, que considera como posible sede del pabellón el Palacio Fortuny. Fuentes de los Museos Cívicos de Venecia a los que pertenece este palacio confirmaron que el espacio se podría alquilar, si no hay otra iniciativa previamente concertada. Su precio por los cinco meses que dura la bienal podría superar los 200.000 euros, si bien se trata tan sólo de un importe indicativo, a los que habrá que sumar los gastos del seguro y el acondicionamiento del espacio.
En Italia la polémica ha tomado a todos por sorpresa. La agencia de noticia italiana, Ansa, se hizo eco del tema identificando a Carod como "el líder del partido independentista ERC", y destacaba las motivaciones políticas del anuncio.
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