Elorrieta propugna otro pacto de Lizarra y se opone a la vía al soberanismo de Ibarretxe
El líder de ELA rechaza los acuerdos transversales por impedir el "ámbito vasco de decisión"
ELA no se fía de las convicciones soberanistas del lehendakari y considera que la "suma" de fuerzas nacionalistas, como la que se produjo en 1998 con el Pacto de Lizarra-Garazi, como "única solución" para avanzar hacia la "construcción nacional". En un mitin celebrado en Bilbao, el secretario general del sindicato mayoritario, José Elorrieta, se mostró especialmente crítico con los pactos transversales entre nacionalistas y no nacionalistas porque, en su oponión, en ellos "cabe todo menos el ámbito vasco de decisión" y conceden el "derecho a veto al Estado".
ELA quiso conmemorar ayer los diez años del acto que celebró en Gernika el 18 de octubre de 1997, en el que proclamó la "muerte" del Estatuto, y propició el proceso que desembocó, casi un año después, en el Pacto de Lizarra-Garazi, seguido por la tregua de ETA. Aquella convocatoria en Gernika reunió a todas las fuerzas nacionalistas, incluidos la entonces Herri Batasuna y un sector de IU.
Ante cerca de 1.500 sindicalistas congregados en el teatro Arriaga, el líder del primer sindicato vasco -tiene el 40,7% de representación y más de 100.000 afiliados- admitió que el pacto de Lizarra fue un "intento fallido", pero lo achacó a la falta de paciencia y madurez de sus promotores. En cambio, dijo que entre los errores cometidos no se encontraba la marginación de los no nacionalistas, un hecho que sí ha sido reconocido por el PNV. "Estaban fuera", dijo "porque tenían que estar, porque negaban cualquier oportunidad al ámbito vasco de decisión", término este que repitió una y otra vez en el mitin.
Contra la transversalidad
La vuelta al pacto de Lizarra la justificó en que la "suma soberanista" es la única alternativa para alcanzar la "construcción nacional" y plantear la "confrontación con el Estado en términos democráticos". Frente a esta tesis, denostó los cauerdos entre diferentes y la transversalidad, a la que definió de "falacia" y "palabreja". Argumentó que en esta estrategia de búsqueda de consensos amplios "cabe todo menos el ámbito vasco de decisión", y además concede "el derecho a veto por parte del Estado, sin que la mayoría vasca tenga margen alguno para poder concretar sus reivindicaciones". En sus críticas incluyó a la izquierda abertzale, a la que acusó de participar "también de la virtualidad política de la transversalidad, creyendo que es posible llegar a un acuerdo con el PSOE para abordar el ámbito vasco de decisión y la territorialidad".
También discrepó con la última propuesta soberanista del lehendakari Juan José Ibarretxe, a la que calificó de "falta de credibilidad". Elorrieta, que ya se mostró contrario al anterior plan de Ibarretxe, resaltó que el nuevo proyecto viene precedido de dos "promesas solemnes incumplidas". Citó que el lehendakari anunció en 2002 el compromiso de asumir "unilateralmente" las competencias pendientes en el Estatuto de Gernika, y en 2004 propuso una consulta sobre su plan, "aunque fuese rechazado por Madrid".
El líder de ELA se mostró convencido de que los empresarios no apoyarán la consulta de Ibarretxe y defendió que, para que tenga éxito, tiene que "ser preparada antes, con el modelo de sociedad, los ritmos, las alianzas". Agregó que "otra incongruencia" de la iniciativa es que se haya planteado en el Parlamento sin someterla a votación. "Una propuesta de este calado requiere de una gran cohesión interna en las fuerzas políticas que la proponen".
Elorrieta calificó el nuevo plan de Ibarretxe como un "viaje a la nada, a lo ya conocido", que queda desvirtuada porque el Gobierno vasco ni siquiera reclama ahora las competencias pendientes. "Si no defiende lo que casi sólo depende de ellos, ¿cómo van a abordar el reto político del ámbito vasco de decisión?", se preguntó.
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