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Valencia recuerda con un monolito la riada de 1957

La Valencia asolada por la riada de 1957, que también afectó a numerosos pueblos en el tramo final del río Turia, revive desde ayer a través de las fotografías, maquetas, documentos y portadas de periódicos de la época en una exposición conmemorativa del 50 aniversario de la catástrofe en el museo de L'Almodí. La muestra, como otras relacionadas con aquel desastre, destaca la transformación urbana de Valencia a partir del desplazamiento del río fuera del casco urbano.

La riada costó la vida en la ciudad a casi un centenar de personas. Llenó las calles y casas de agua, barro y enseres arrastrados por un caudal salvaje en dos oleadas los días 13 y 14 de octubre de 1957. A la "capacidad del pueblo valenciano para superar catástrofes y adversidades" está dedicado el monolito descubierto ayer en las Alameditas de Serranos, entre la calle de Blanquerías y el viejo cauce del río. La alcaldesa, Rita Barberá, resaltó el "coraje" de los valencianos para salir adelante tras la catástrofe.

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