_
_
_
_
Reportaje:

Aerolíneas cambia inversión por paz

El grupo que controla Marsans lanza un órdago a los sindicatos para acabar con las huelgas

Alejandro Rebossio

Aerolíneas Argentinas no tiene paz. No es que se haya regresado a 2001, el año de la crisis terminal de la compañía y del país. Pero cada semana el grupo de Marsans sufre una huelga y por eso condiciona un plan de inversiones para los próximos cinco años a que los siete sindicatos no paralicen las actividades hasta 2012.

Los representantes de los 8.000 trabajadores de Aerolíneas Argentinas se muestran poco dispuestos a pactar a tan largo plazo. Nada nuevo. Los desencuentros con la propiedad vienen de lejos.

Aerolíneas Argentinas, que aún está en suspensión de pagos, perdió en 2005 unos 88 millones de euros y en 2006, otros 22 millones
Marsans ha invitado a los sindicatos a concertar con la empresa y con el Gobierno argentino la incorporación de 35 o 40 aviones

Hace seis años, el grupo Aerolíneas Argentinas, integrado por la empresa homónima y la de vuelos domésticos Austral, vivió un conflicto de vida o muerte. La entonces dueña de las dos compañías, la española Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), quería aplicar un plan de ajuste y los trabajadores argentinos se oponían. El entonces Gobierno de España, encabezado por José María Aznar, decidió la cesión de Aerolíneas y Austral a Marsans. Los accionistas de este grupo turístico, Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, pusieron a Antonio Mata al frente de Aerolíneas. La experiencia tampoco funcionó y el año pasado el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, pidió la cabeza de Mata. Pascual y Díaz aceptaron la petición. Ahora ellos le solicitan a Kirchner que medie ante los gremios para que la empresa de una vez para siempre levante vuelo, pero funcionarios y sindicalistas recelan de sus intenciones.

Tras la salida de Mata, que había prometido inversiones nunca concretadas, Pascual y Díaz presentaron en 2006 a Kirchner un primer plan de inversiones de 1.000 millones de dólares hasta 2009 para salir de la crisis del mercado aerocomercial argentino, que se extendió más allá de la depresión del país de 2001 y 2002. Ese programa incluye la recuperación de aviones que habían dejado de volar, la incorporación de aeronaves al grupo y la concentración de los MacDonnell Douglas (MD) en Austral y de los Airbus y Boeing en Aerolíneas. "Este plan se viene cumpliendo a rajatabla y es inmodificable", asevera el gerente de comunicaciones del grupo Aerolíneas, Jorge Molina.

Pero a principios de año, Marsans comenzó a negociar con Airbus la compra de sus modelos 319, 320 (cada uno cuesta 100 millones de dólares), 330 (unos 12 equivalen a 1.800 millones) y el gigante 380 (cuatro valen 1.000 millones). "Marsans verá en cuáles de sus compañías colocará esta inversión", aclara Molina. El grupo español controla Aerolíneas -cuyo 5% es del Estado argentino-, Austral -sin participación de Argentina-, Air Comet y Pullmantur, y además busca quedarse con Spanair, en manos de la sueca SAS.

Concertación

"A raíz de la inversión de Marsans, hemos invitado a los sindicatos a participar en una concertación con nosotros y con el Gobierno argentino para que Aerolíneas incorpore 35 o 40 aviones en los próximos cinco años, lo que le cambiaría la imagen a la compañía. Para eso pedimos relaciones maduras, sin paralizaciones del servicio", propone Molina.

Usa la palabra "concertación", la misma que la candidata favorita en las elecciones presidenciales del próximo día 28, Cristina Fernández de Kirchner, utiliza para describir su aspiración a firmar un Pacto de la Moncloa argentino entre empresarios y sindicalistas.

El grupo Aerolíneas dice que este año ha sufrido una huelga por semana, pero no todas fueron protagonizadas por sus empleados o por demandas salariales. A eso hay que sumar las fallas de los radares en los aeropuertos de Buenos Aires, que también han provocado demoras. Cuatro de cada cinco vuelos internos en Argentina salen tarde, según la Asociación de Derecho del Turismo.

Pascual y Díaz estuvieron a fines del mes pasado en Buenos Aires para conversar sobre su segundo plan de inversiones con los sindicatos, el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Al Gobierno le piden que actúe como veedor de la "paz social por cinco años para que, cuando haya conflictos, los solucione de la mejor manera", según Molina. Pero también le reclaman una solución a los problemas de costos. El grupo español afirma que desde la devaluación del peso (2002) los costos operativos -sobre todo el combustible- se triplicaron y las tarifas apenas aumentaron más del 30%.

Marsans pretende que este mismo mes se firme la paz social con los sindicatos. "Ellos deberían estar de acuerdo porque estuvieron 17 años -desde que el Estado argentino vendió Aerolíneas a Iberia- sin inversiones y las nuestras son inversiones en serio", dice Molina.

Pero en los gremios no están tan convencidos. En la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico, el secretario adjunto, Juan Pappalardo, dice que el borrador del acuerdo que le entregó Marsans contiene "una serie de compromisos del sindicato y pocos de la empresa". "Pascual me habló de comprar Airbus, pero por escrito no hay nada. Además, con comprar aviones no nos alcanza: queremos inversiones en los talleres de mantenimiento. Desde que se fue Mata hay más diálogo y se avanzó en salarios y condiciones de trabajo, pero una paz social por cinco años es mucho tiempo", dice Pappalardo, en un país con una inflación del 15% anual.

El presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, Jorge Pérez Tamayo, coincide con Pappalardo: "La paz social por cinco años es imposible. Además, con la situación económico-financiero de Aerolíneas es difícil ver inversiones en el corto y largo plazo".

Desconfianza

Aerolíneas Argentinas, que aún está en suspensión de pagos, perdió en 2005 unos 88 millones de euros y en 2006, otros 22 millones, aunque la mayoría de ellos son por una provisión para saldar una deuda con la Fuerza Aérea argentina. En 2007 se esperan los primeros beneficios desde la crisis: la firma está aprovechando la caída de la brasileña Varig para expandirse en el Cono Sur. Austral, en cambio, viene ganando todos los años y sin problemas de quiebra.

Pérez Tamayo advierte que Mata emprendió un vaciamiento de Aerolíneas a favor de Austral, con lo que la empresa sin participación del Estado le ha quitado el dominio del mercado doméstico.

Un Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas aterriza en el aeropuerto de Buenos Aires.
Un Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas aterriza en el aeropuerto de Buenos Aires.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_