Vertidos fecales
Más de una década lleva el Ayuntamiento de Úbeda polemizando para la construcción de la depuradora de aguas residuales. La ausencia de esta instalación, vital para encauzar y reciclar los vertidos fecales, hizo que, el pasado marzo, la Unión Europea incluyese a Úbeda (34.000 habitantes) en una lista negra de los municipios con mayor índice de vertidos contaminantes, todo un sonrojo para una ciudad declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir lleva varios años multando al Ayuntamiento por los vertidos contaminantes a cauces públicos, aunque resulta paradójico que, al mismo tiempo, cobre un canon a los regantes para que utilicen los vertidos fecales para regar su olivar. En la actualidad, unos 150.000 olivos se riegan con estos vertidos, tras un proceso previo de limpieza superficial y de decantación en las balsas donde se almacena el líquido.
El alcalde de Úbeda, Marcelino Sánchez (PSOE), muy crítico con el anterior gobierno del PP en este tema, asegura que se trata de un asunto "prioritario". "Voy a pedir a Medio Ambiente la máxima agilización del proyecto, que ya está en fase de redacción", dice. Sin embargo, el Consistorio debe resolver antes la adquisición de los terrenos. Sánchez dice que antes de fin de año podrá llegar a un acuerdo con el propietario de la finca elegida, en el paraje de la Hoya de Santo Tomás.
Atrás quedan muchos años de disputas que han paralizado el proyecto. El primer acuerdo para construir la depuradora en el paraje Huerta de la Pimienta se paralizó por la oposición de agricultores y vecinos, dada la cercanía a la ciudad. La Junta tiene dispuestos seis millones de euros para financiar el proyecto, pero pide celeridad al Consistorio para aportar los terrenos.
