Plata sólo aguantó cuatro meses en Marbella

Apenas 103 días después de tomar posesión como portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Marbella (Málaga), el ex consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, despejó ayer una de las principales incógnitas sobre su futuro político tras las elecciones: la fecha de su salida del Ayuntamiento. El político andaluz, derrotado por la popular Ángeles Muñoz en la carrera por la alcaldía, confirmó ayer que renunciará formalmente a su cargo "durante el mes de octubre". Tras los comicios, Plata ya había adelantado en una entrevista a este periódico su decisión de no terminar su mandato como jefe del principal grupo de la oposición marbellí.

El aún portavoz del PSOE se habría mudado a Marbella si hubiera sido elegido alcalde

Plata continuará en el Parlamento andaluz y afirma que no tiene ofertas de empresas

La salida de Plata, aunque prevista, no dejó de tener su factor sorpresa. Fue el propio presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, el mismo que designó a Plata como candidato en Marbella, el encargado de dar a conocer a los medios la inminente renuncia de su ex consejero de Turismo. Chaves adelantó que la salida se produciría en breve y que Plata se dedicará a su actividad como parlamentario autonómico. "Es la decisión que ha tomado, y yo la voy a respetar", dijo el presidente regional.

El anuncio de Chaves cogió a Plata en mitad de un pleno ordinario, el quinto al que asistía en la ciudad desde el 27-M. Tanto Plata, como el resto de los miembros de la corporación, supieron de las palabras del presidente regional pasado el mediodía. La noticia les llegó a través de mensajes de móvil y notas manuscritas. Cerca de las 13.00, el portavoz abandonó el salón de plenos. Minutos después le siguió su viceportavoz, Francisco Zorí, y el concejal Óscar Fernández, que se perfila como posible sucesor de Plata. En la sala continuaba un pleno con más de una veintena de asuntos a tratar.

En los pasillos del Ayuntamiento, el ex consejero no quiso hacer declaraciones diciendo que su marcha "ya se sabía". Salió del Consistorio, pero media hora después, y tras la llamada de su jefa de prensa, regresó dispuesto a explicarse: "Presentaré mi renuncia a seguir como concejal por dos razones: La primera es que la política local requiere proximidad y un trato continuado, algo que no estoy en condiciones de prestar porque no vivo aquí; y en segundo lugar, porque el grupo municipal socialista ya está bien organizado y queda en perfectas condiciones para poder desarrollar su labor durante los próximos años", resumió. Plata mantuvo que si hubiese salido elegido alcalde se habría mudado a la ciudad, pero que le incomodaba mucho no poder tener "contacto permanente con los vecinos" ni dedicarles "todo el tiempo que merecen". "Lo mejor es decir las cosas con sencillez y claridad, y el que no lo quiera entender, allá cada cual", añadió.

En apenas cinco minutos explicó que tomó la decisión durante una conversación informal con el presidente Chaves: "Llegamos a esta conclusión con absoluta normalidad, con amistad y sin ningún problema. Pensamos que era el mejor modo de afrontar las cosas"."Para mí ha sido un honor venir a Marbella, asistir a los plenos y contribuir humildemente en lo que he podido a mejorar la situación", aseguró.

Plata pasó de puntillas sobre su futuro laboral, Chaves dijo más que él, y salió del brete con una broma: "Por el momento no tengo ninguna oferta de la empresa privada, aunque quien sabe si después de este anuncio me llegan". Tampoco dijo que no quería inmiscuirse en el nombramiento de su posible sucesor.

Esta misma semana, el portavoz de la agrupación municipal hacía balance en EL PAÍS de su papel en la fase inicial de la legislatura. Desde el primer día, Plata se mostró dispuesto a colaborar con el nuevo equipo de Gobierno. En la toma de posesión llegó a ofrecer un pacto para la normalización y el impulso de la ciudad, pero la alcaldesa Ángeles Muñoz (PP) no mostró interés.

Plata pidió a los miembros de su agrupación que durante estos primeros meses cuidasen especialmente su labor y desechó iniciar la legislatura con una oposición demasiado dura. En este tiempo ha asistido a todos los plenos convocados, se ha ofrecido a mediar con la Junta de Andalucía para conseguir inversiones de diversa índole, y ha mantenido un trato correcto con la alcaldesa, a pesar de que Muñoz le ha recriminado insistentemente que no vive en la ciudad y que por eso no conoce bien los problemas de sus vecinos.