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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Puntualizaciones del Gobierno italiano

He leído con atención el artículo sobre el Gobierno italiano y su situación, publicado en su periódico el 27 de septiembre con el título El Gobierno de Prodi, ni vivo ni muerto.

Aparte de un pesimismo excesivo en relación con el estado de salud del Gobierno italiano, pesimismo que, no obstante, forma parte de la libre opinión del autor del artículo y no me permito criticar, me parece inexacto y poco generoso afirmar que este Gobierno "es incapaz de emprender ninguna reforma".

El Ejecutivo del presidente Prodi, que asumió el poder el 17 de mayo de 2006, tuvo que hacerse cargo de unas cuentas públicas en una situación tan mala que corrían peligro la estabilidad económica del país, la competitividad de sus empresas, el crecimiento del empleo y, sobre todo, el cumplimiento de los parámetros económicos impuestos a los países miembros por la Comisión Europea. Para salir adelante se tomaron varias medidas derivadas de la Ley de Presupuestos del año pasado, que impulsaron, por dar algún ejemplo:

-La introducción de nuevas normas fiscales sobre el trabajo, para hacer que las empresas pagaran menos por hora de trabajo y, al mismo tiempo, fomentar la subida de los salarios.

-Un "paquete" consistente de liberalizaciones, desde la de la venta de fármacos hasta la del sector del combustible, desde la reforma de las actividades profesionales hasta el nuevo plan de energía.

-Una intensificación de la lucha contra la evasión fiscal que ha producido resultados extraordinarios.

-Una reforma del sistema de pensiones que sitúa a Italia en línea con el resto de Europa y ha permitido llevar a cabo un sólido aumento de las pensiones más bajas, del que se beneficiarán más de tres millones de jubilados.

No me referiré -dado que en el artículo no se mencionan- a las reformas e iniciativas emprendidas en el terreno de la justicia y la seguridad de los ciudadanos, y tampoco voy a detenerme en la intensa actividad de política exterior que ha incluido capítulos tan importantes como la retirada del contingente italiano de Irak, la misión de paz en Líbano, el esfuerzo de relanzamiento de los tratados europeos y, en la ONU, la moratoria de la pena de muerte. Francamente, no me parece que pueda acusarse al Gobierno de no haber realizado ninguna reforma en estos 16 meses.

Con respecto a las tensiones dentro de la mayoría que apoya al Gobierno y al hecho de que esté formada por 14 partidos, debo recordar que ello se debe a que, al acabar la pasada legislatura, en un auténtico golpe de mano, los partidos que hoy se encuentran en la oposición aprobaron una ley de reforma del sistema electoral (calificada por uno de sus redactores como "una porquería") que precisamente pretendía premiar la fragmentación de la representación política y la proliferación de pequeños partidos.

En cuanto al hecho de que los índices de popularidad de este Gobierno hayan descendido, era lo que teníamos previsto cuando decidimos poner en práctica una política seria y rigurosa, que permitiese al país recuperar el buen rumbo en el curso de los cinco años de la actual legislatura. El presidente Prodi ya ha anunciado que, al terminar su mandato, no volverá a presentarse como candidato y dejará su puesto a otros más jóvenes, pero también ha dicho que quiere dejar a su sucesor un país capaz de competir con las grandes naciones del mundo. Para conseguirlo, se puede incluso perder (temporalmente) un poco de popularidad.

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