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Las cuentas del Estado para 2008

Batalla electoral por los Presupuestos

Las medidas sociales y la pugna autonómica condicionan las últimas cuentas de la legislatura

Lucía Abellán

Los últimos Presupuestos de la legislatura han levantado una polvareda electoral que amenaza con instalarse hasta marzo. Sobre el papel, las grandes líneas no difieren mucho de las presentadas otros años, pero las novedades sociales introducidas a última hora y la pugna autonómica por la inversión del Estado otorgan a las cuentas de 2008 un marcado cariz político. "Si estos Presupuestos son electoralistas, entonces los anteriores también lo han sido", se defendió el vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, en la presentación del proyecto. La cita con las urnas en marzo condicionará también el apoyo que reciban las cuentas en el Parlamento, indispensable para que salgan adelante. Solbes admite más dificultades que otros años, aunque confía en lograrlo.

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Solbes recurrió a la metáfora del líder de la oposición, Mariano Rajoy, sobre el supuesto derroche del superávit para lanzar su contraataque político. Cuando el PSOE llegó al Gobierno, explicó, "la despensa no sólo estaba vacía, sino que no se había pagado la última compra", dijo Solbes en referencia al déficit público del año 2004. En los últimos años, "la despensa se ha ido llenando". Solbes intentó desmontar la tesis de que el Gobierno ha dilapidado las reservas fruto de la bonanza económica, argumentando que ésta ha sido la legislatura del superávit y que la deuda pública caerá al nivel más bajo en 20 años. Eso provocó cierto enojo de Rajoy, que calificó de "chiste" la declaración de Solbes y llegó a afirmar, en contra de los datos de contabilidad nacional, que el PP había logrado superávit.

Con un discurso más divulgativo y cargado de intención política que otras veces, el vicepresidente esgrimió sus cifras para neutralizar la sensación de que las cuentas públicas están impregnadas de tintes electorales. "Ese despilfarro terrible en gasto social no aparece; es el mismo que el año pasado", ironizó.

Es cierto que el gasto social pesa exactamente igual sobre los Presupuestos que en 2007 (un 50,5%), pero la visibilidad que se ha dado este año a algunas medidas supera con creces la de otros ejercicios. Así ocurre con las políticas de vivienda, presentadas con solemnidad en las escalinatas de La Moncloa, o con las ayudas de 2.500 euros por hijo -en realidad no cuentan como gasto, sino como una merma de ingresos para el Estado, pues se perciben como deducción del IRPF-. El ministro sorprendió ayer con su defensa de las desgravaciones al alquiler, una medida que se negó a introducir en la reforma fiscal de este año y que, sin embargo, se aplicará en 2008.

Solbes empleó munición claramente partidista para combatir las críticas de electoralismo que han recibido las cuentas del Estado presentadas ayer en el Congreso. Aunque poco dado a los reproches al Partido Popular, recordó que las rebajas fiscales acometidas por el Ejecutivo anterior coincidieron siempre con elecciones, municipales o generales. También la promesa de suprimir impuestos como el de patrimonio, en referencia a lo anunciado por Esperanza Aguirre para Madrid, antecede a los comicios generales.

Con este punto de partida, el vicepresidente realizó una exposición de los Presupuestos en la que conceptos tan áridos como la productividad o la inflación, protagonistas en años anteriores, cedieran terreno al debate político.

Adelantándose a la riada de preguntas sobre el reparto territorial de las inversiones, el ministro realizó una defensa de la cohesión entre comunidades y cedió el testigo al secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña. Ambos desgranaron unas cifras de inversión que no habían facilitado previamente a la prensa para evitar que los porcentajes monopolizaran las preguntas. Ese gesto, que irritó a buena parte de los periodistas, revela la politización a la que se ven sometidas estas cifras a escasos meses de las elecciones.

La inversión por comunidades crece una media del 14,4%, con la Comunidad Valenciana como principal ganadora respecto a 2007 (principalmente por el AVE). Pero son Andalucía y Cataluña las que encabezan el reparto, lo que ha desatado las críticas del PP.

Más allá de la contienda política, las dudas se centran en saber si estos Presupuestos son los más adecuados para hacer frente a la incertidumbre económica que ha generado la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Algunos expertos consideran más prudente guardar todo el superávit generado por si hay que hacer frente a reveses, en lugar de generar nuevos compromisos de gasto como el de vivienda o la atención bucodental a menores. La economía crecerá el año próximo medio punto menos que éste (un 3,3%) y el superávit será algo más magro (el 1,15% del producto interior bruto). En ejercicios anteriores, con previsiones bastante conservadoras, se han superado ampliamente los techos marcados por el Gobierno.

En 2008 es probable que el dato final quede más ajustado a la previsión, pero tendría que producirse un verdadero revés económico para que esas cifras no se alcanzasen, aun con la rebaja fiscal de 2.300 millones de euros aplicada a última hora. "Quizás esta vez soy un poquito menos prudente que otros años, pero de ahí a ser hiperderrochador... Estoy realmente cómodo con ese 3,3%", concluyó el ministro. En todo caso, 2008 será el primer año en que se perciba realmente la anunciada desaceleración, con una pérdida de vigor de la construcción y el consumo.

Aunque existe margen de sobra para acometer políticas, los Presupuestos encierran la misma trampa que tanto reprocharon a los Gobiernos del Partido Popular. Para financiar muchas de las políticas más costosas, principalmente las infraestructuras, se recurre a un mecanismo que permite obtener el dinero suficiente sin que compute para calcular el déficit o superávit. Se trata de recurrir a la deuda. En un contexto en el que sobran recursos públicos, llama la atención que el Ejecutivo incremente el pasivo (sólo en términos absolutos, pues como porcentaje del PIB cae al menor nivel en 20 años, el 34,3%) para financiar algunas políticas. El propio secretario de Estado de Hacienda lo admitió, al asegurar que la actividad inversora del Estado en las comunidades no acaba en los Presupuestos, sino que existen "otras actuaciones que no aparecen" por criterios técnicos.

Finalizado el encuadre económico, a Solbes le toca ahora hilar fino para convencer a los grupos políticos de que deben apoyar estas cuentas en el Parlamento. Utilizando un símil futbolístico, el vicepresidente dijo percibir a los jugadores con miedo de "poner la pierna por delante antes de ver cómo se desarrolla el partido". Todos saben que se juegan un buen puñado de votos en esta maniobra y eso condiciona sus movimientos. Si se acercan demasiado al Gobierno, el electorado puede castigarlos (es el temor, por ejemplo, de Izquierda Unida). Pero también pueden intentar adjudicarse el logro de haber conseguido que el Estado invierta más en sus territorios, caso de los partidos nacionalistas.

Atraerlos a su terreno será el último reto de Solbes. Al menos en esta legislatura. "Nunca se sabe", dejó caer sobre su posible vuelta al despacho de Hacienda si el PSOE gana las elecciones en marzo.

Pedro Solbes y Carlos Ocaña, a su llegada al Congreso para presentar los Presupuestos.
Pedro Solbes y Carlos Ocaña, a su llegada al Congreso para presentar los Presupuestos.ULY MARTÍN

LAS FRASES DE UN SOLBES 'SEMBRADO'

- En el último Presupuesto del PP, el del año 2004, "la despensa no sólo estaba vacía, sino que además no se había pagado la última compra". Ahora, "la despensa se ha ido llenando".

- "Me siento tranquilísimo con estos Presupuestos". "Rechazo ser un derrochador". Éstos son los Presupuestos "que necesita España", al margen de las elecciones.

- "El despilfarro terrible del gasto social, que nos lleva a la catástrofe, no aparece por ningún lado. Seguimos con nuestra política de seriedad y rigor".

- "¿Son mis últimos Presupuestos como ministro de Economía? ... Nunca se sabe"

- "Confío en sacar adelante estos Presupuestos" en el trámite parlamentario. "Lo que ocurre es que hay una

posición reservona por parte de los jugadores [que durará] mientras el partido no vaya avanzado y no sepan lo que van a hacer los demás".

- "Las comunidades autónomas tienen competencias normativas sobre el impuesto del patrimonio. En realidad, cuando dicen que lo quieren suprimir, lo que dicen es que se lo pague yo".

- "Este año, hemos resuelto el 'sudoku' en las inversiones destinadas a las comunidades autónomas. El año siguiente,

ya veremos".

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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