_
_
_
_

El María Moliner da la bienvenida a 'blog', 'farlopa', 'batasuno' y 'flipante'

En 1998 la editorial Gredos alumbró la segunda edición del Diccionario de uso del español María Moliner. Desde entonces, no han parado de pensar en la tercera -cuya edición comparten Gredos y Círculo de Lectores-. Y desde ayer, ya empiezan a pensar en la cuarta. "Con un diccionario no se descansa nunca. En este caso, hubo unos primeros años de tanteo, pero nos pusimos a trabajar más intensamente a partir de 2002. Recogimos materiales, preparamos nuevos criterios y así hasta hoy", explica Joaquín Dacosta, coordinador de la tercera edición quien, junto al ministro de Cultura, César Antonio Molina; el director general de Círculo de Lectores, Joan Tarrida; la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, y el académico Manuel Seco -prologuista de esta edición-, presentó ayer la renovada versión de este clásico de la lexicografía.

Alrededor de 30 profesionales, entre redactores, revisores, correctores y documentalistas, trabajaron durante casi una década en la actualización y revisión de los contenidos y la introducción de algunos cambios formales -como, por ejemplo, de una nueva tipografía- para clarificar el texto y facilitar la consulta de una obra que ya ha vendido más de 300.000 ejemplares.

"El diccionario se ha adaptado a los tiempos pero sigue siendo fiel al mismo criterio: apertura a la hora de acoger nuevos términos, voces coloquiales, extranjeras...". Las cifras: dos volúmenes, 3.700 páginas, 90.045 entradas (12.000 nuevas) y casi 190.000 acepciones y subacepciones. Y novedades de todo léxico y condición: chat, buzón de voz, jam session, pilates, isoflavona, aromaterapia, bífidus, feng shui, hetero, Euríbor, cayuco, batasuno, euroescéptico, salir del armario, farlopa, flipante...

Unas entran y otras salen. "Hemos eliminado algunas voces muy antiguas que no estaban documentadas, pero muy pocas. Es necesario mantener el léxico anticuado porque la gente sigue leyendo El Quijote y, además, muchas pueden resucitar con el tiempo", señala Dacosta. "Es cierto que vivimos un proceso de aceleración histórica y que el lenguaje varía mucho, pero nosotros no podemos incluir la última invención léxica de un periodista. Para que introduzcamos una entrada tiene que haber documentación suficiente y tener una permanencia de al menos dos años".

Y, una vez más, el María Moliner demuestra que no teme a los extranjerismos. "Adoptamos los que se usan y lo hacemos para que se escriban como debe ser, tanto en su forma original como en la castellanizada".

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_