"Nunca formaremos una gran Albania junto con Kosovo"
El temor al proyecto de una gran Albania tras la próxima independencia de Kosovo, la provincia serbia de mayoría albanesa, pesa como una losa en Belgrado y en muchas capitales occidentales. Por eso, el ministro de Defensa de Albania, Fatmir Mediu (Durres, 1967), se apresura a rechazar de plano cualquier intención de su país de ambicionar esa idea, una perspectiva descartada por otra parte en los planes de la ONU para Kosovo. "Respetaremos siempre nuestras fronteras", señaló en una entrevista con este diario, "incluidas por supuesto las de Kosovo y, por supuesto, nunca formaremos una gran Albania junto con Kosovo. Vamos a intentar mantener unas relaciones de buena vecindad con Kosovo, al igual que tenemos con Grecia o con Macedonia. Tenemos intención de trabajar juntos con todos nuestros vecinos".
"Creo que estamos cumpliendo en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado"
"Lo más importante es que la UE se mantenga unida sobre el futuro de Kosovo"
Fatmir Mediu, que la pasada semana se entrevistó en Madrid con su homólogo español, José Antonio Alonso, para estudiar asuntos de cooperación militar, se muestra preocupado por los constantes retrasos en definir el estatuto final de Kosovo. En la perspectiva de unas elecciones legislativas, que se han de celebrar el próximo mes de noviembre en el todavía protectorado de la ONU, y de las negociaciones entre Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, el ministro de Defensa albanés se pronuncia de modo tajante: "Cualquier retraso en la independencia de Kosovo provocará un aumento de tensión en los Balcanes. Desde luego, el Gobierno albanés es partidario de que se alcance un consenso internacional, pero soy escéptico sobre la posibilidad de que Rusia retire su amenaza de veto en la ONU".
Al enjuiciar el plan del ex primer ministro finlandés y enviado especial de la ONU para Kosovo, Martti Ahtisaari, el titular albanés de Defensa afirma que resulta la mejor solución posible. El citado plan prevé una independencia tutelada por la Unión Europea y con algunas limitaciones en su soberanía. En opinión de Mediu, "lo más importante pasa porque la Unión Europea mantenga una posición unida frente al futuro de Kosovo". "En segundo lugar", añade, "tanto los norteamericanos como los europeos han de ser realistas y comprender que desde 1999 [año de los bombardeos de la OTAN sobre Serbia que obligaron al régimen de Slobodan Milosevic a abandonar militarmente la provincia de mayoría albanesa] Kosovo es en la práctica un país independiente, y cualquier vuelta a la situación anterior a la guerra está fuera de toda lógica. Ahora bien, aquello que hay que rechazar también, de todos modos, es una partición del país entre serbios y albaneses".
Con algo más de tres millones y medio de habitantes, una economía poco desarrollada, y aislada por un comunismo férreo y ortodoxo entre el final de la II Guerra Mundial y la década de los años noventa tras la caída del muro de Berlín en 1989, Albania declara ahora, por boca de su ministro de Defensa, que "la integración euroatlántica se halla en primer lugar en la agenda del Gobierno". Con cerca de 400 soldados desplegados en Afganistán, en Irak y en Bosnia, Albania aspira a ingresar, cuanto antes mejor, en la OTAN y en la Unión Europea. Para encontrar respaldo a esas intenciones, entre otras cosas, Fatmir Mediu ha visitado España a lo largo de la última semana y ha mantenido contactos políticos y económicos. "Creo", opina este miembro del Gobierno albanés y presidente del Partido Republicano, "que estamos cumpliendo los requisitos que nos impone la Alianza Atlántica, en especial en lo que se refiere a la lucha contra la corrupción y contra el crimen organizado. Reformar nuestra administración pública y reducir las prácticas corruptas es ahora nuestro objetivo principal".
Al igual que la inmensa mayoría de políticos albaneses, Mediu destaca que el 90% de la población apoya el ingreso en la OTAN y se extiende el ministro en detallar la participación en las misiones internacionales de Irak, en la zona norteña de Mosul; en Afganistán, en Kabul y en el área de Herat junto con tropas italianas y españolas, y en Bosnia-Herzegovina, donde la presencia de tropas extranjeras se ha reducido. "Todo ello prueba", resume Mediu, "para unas Fuerzas Armadas reducidas nuestra voluntad de integración en la OTAN. Soy optimista y estoy convencido de que la reforma de nuestro Ejército camina en la buena dirección".
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