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Las cuentas del Estado

El Gobierno anuncia una nueva rebaja fiscal de 2.300 millones a seis meses de las elecciones

Los contribuyentes con rentas del trabajo y con hijos y los jóvenes que vivan de alquiler serán los más beneficiados

Más ayudas para la natalidad, una nueva deducción para el alquiler de vivienda, ahorro fiscal para el trabajador... Lo que en principio iba a ser un esbozo de las prioridades presupuestarias para 2008 se convirtió ayer en el anuncio de una amplia rebaja fiscal a los ciudadanos. Se trata del envoltorio con que el vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, presentó un regalo fiscal de 2.300 millones de euros que engloba las medidas sociales anunciadas por el Ejecutivo en los últimos meses. Con un añadido de calado político y económico: a menos de seis meses para las elecciones, el Gobierno ha realizado una nueva rebaja del IRPF para compensar la inflación que se suma a la reforma en vigor desde este año y que suponía un ahorro de unos 2.000 millones.

"Es prioritario favorecer a las rentas más bajas en un momento como el actual", señala Solbes
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Solbes, y sobre todo la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, se esforzaron por desvincular estas nuevas medidas de la cercanía de las elecciones. El ministro aportó razones económicas para realizar una rebaja fiscal adicional que representa un 3% de lo que el Estado prevé ingresar por IRPF en 2008. "Es prioritario favorecer a las rentas más bajas en un momento [de turbulencia financiera] como el actual". "El Gobierno no hace electoralismo, sino que cumple con sus compromisos", zanjó De la Vega en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros que dio el visto bueno a las cuentas públicas para 2008.

Todas las medidas entran en vigor el 1 de enero de 2008. Su impacto real se percibirá cuando se presente en la declaración de la renta de ese ejercicio, a mediados de 2009, aunque se dejará notar ya en 2008.

La ayuda de 2.500 euros para los nuevos nacimientos o adopciones acapara casi la mitad (unos 1.000 millones de euros) de la rebaja fiscal. Ese importe sólo incluye al colectivo que la reciba a través del IRPF. Las mujeres que no realicen declaración de la renta la cobrarán de forma directa, lo que supondrá otros 200 millones de euros a cargo del Ministerio de Trabajo. En principio, Solbes defiende que esa ayuda se conceda a los hijos nacidos desde el pasado julio, momento en que se anunció la medida. De la Vega, matizó esa postura: "Se está consensuando con los grupos parlamentarios. Será así o se aprobarán medidas complementarias".

Prácticamente la otra mitad de la rebaja corresponde al IRPF. Por primera vez en la legislatura se ajustarán a la inflación prevista (es decir, subirán un 2%) los mínimos personales de la declaración de la renta (lo que cada persona se deduce por el hecho de serlo), los familiares y la deducción por trabajo (ver cuadro). En los años anteriores de Gobierno del PSOE sólo se había aplicado ese 2% a los tramos de la tarifa del IRPF -determinan las cantidades que tributan a un tipo inferior o superior-, lo que en la práctica implica una rebaja tributaria para que la subida de los precios no erosione demasiado el poder adquisitivo del ciudadano. En 2008 se actualizarán los dos conceptos, los tramos de la tarifa y las deducciones. Esa medida supondrá que las arcas públicas dejen de ingresar 940 millones de euros.

La partida más pequeña de la rebaja fiscal corresponde a la nueva deducción por alquiler de vivienda para el inquilino con rentas bajas, anunciada por la ministra Carme Chacón. Aunque resulta difícil saber cuántos contribuyentes se acogerán, el Gobierno prevé una partida de 350 millones de euros. Las ayudas directas adicionales irán en el Presupuesto del Ministerio de Vivienda.

También la atención bucodental a los menores prometida por el Gobierno aparecerá en las cuentas de 2008, aunque el ministro no aclaró su coste.

Esa pérdida de ingresos -o aumento del gasto, según el caso- introducida a última hora no ha alterado un ápice la previsión de superávit que el Gobierno fijó a mediados de año. Solbes desveló la argucia que le ha permitido cuadrar las cuentas: "No hay trampa; bueno, sí la hay", admitió con una sonrisa. El enigma consiste en que Economía reservó una partida de 2.500 millones de euros cuando realizó la previsión de superávit, en junio. "Para algunas cosas que queríamos realizar", según Solbes. Fuentes socialistas aseguran que las partidas aprobadas no son exactamente las que Economía proyectaba.

Satisfecho o no con lo acordado, el ministro -poco dado a las arengas políticas- ofreció argumentos ideológicos para justificar que se haya abordado una rebaja fiscal selectiva, para las rentas más bajas, los jóvenes y los nacimientos, en lugar de hacerla general. "Es una opción política porque creemos que hay un problema de natalidad en este país y que con las subidas de tipos de interés las familias más pobres pueden tener dificultades". No obstante, las turbulencias financieras no han modificado la previsión de crecimiento para 2008, del 3,3%.

Las cuentas del año próximo serán las cuartas que se cierren con superávit. Aunque no se aparta de lo previsto, será considerablemente inferior al de este año (un 1,15% del PIB frente al 1,8% que se estima para 2007). "Estoy más o menos a gusto con el nivel de superávit", confesó el ministro, siempre partidario de la prudencia presupuestaria frente a las tentaciones de gasto.

Pedro Solbes, en la comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Ministros.
Pedro Solbes, en la comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Ministros.BERNARDO PÉREZ

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