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Rice intenta salvar la cumbre de Washington sobre Oriente Próximo

La secretaria de Estado apremia a los dirigentes israelíes y palestinos

Al margen de las reuniones periódicas entre el presidente palestino, Mahmud Abbas, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, la jefa de la diplomacia de EE UU, Condoleezza Rice, ha girado seis visitas oficiales a Israel y los territorios palestinos en lo que va de año. Pero ningún progreso ha trascendido. El tiempo apremia para lograr que Olmert y Abbas acuerden un documento que permita salvar la conferencia prevista en noviembre en Washington.

Rice sugirió que no hay tiempo que perder tras entrevistarse ayer por separado con ambos dirigentes: "Trabajaré y sé que los equipos del presidente y el primer ministro trabajarán con mucha determinación para que la reunión pueda ser un éxito. La conferencia debe tener contenido para avanzar en la creación del Estado palestino". Dentro de estos esfuerzos, la Casa Blanca anunció ayer que George W. Bush se reunirá con Abbas el próximo lunes en Nueva York, con ocasión de la Asamblea General de la ONU.

Serán necesarias filigranas verbales para que el documento que se lleve a Washington satisfaga a ambas partes. El Ejecutivo israelí pretende limitarlo a una vaga declaración de principios, sin calendarios concretos. Sus exigencias pasan por garantizar la seguridad de Israel antes de avanzar en los asuntos cruciales: la devolución de los territorios ocupados, la capitalidad del Estado palestino en Jerusalén y la solución al problema de los refugiados. Precisamente los temas que Abbas desea se aborden con precisión. La conferencia tiene otro punto débil: países que tienen algo que decir en el conflicto estarán ausentes. Que no asistirá Siria es un hecho. Pero que no acuda Arabia Saudí, cuya presencia no se acaba de confirmar, supondría una decepción para EE UU.

Otros problemas acaparan la atención de Israel, más pendiente de la frontera norte (Siria) y del programa nuclear iraní que del conflicto palestino, que depara cada día acontecimientos idénticos. En Nablus, la operación para desmantelar una presunta célula de Hamás ha mantenido tres días encerrados a miles de vecinos de un campo de refugiados. Ayer ya escaseaba la comida. Y en Gaza, soldados israelíes mataron a cuatro palestinos, entre ellos un civil de 16 años atropellado por una excavadora.

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