El cine nómada de Tony Gatlif
El cineasta narra la aventura de una joven europea en Transilvania
Los rasgos del cineasta Tony Gatlif y algunas de las referencias que trufan su discurso remiten a tierras remotas y viajes exóticos. Aunque nació en Argelia en 1948 y es francés, reivindica constantemente su verdadero origen multicultural: no en vano, su madre era malagueña y tenía raíces gitanas, y su padre era bereber. "Siempre digo que no provengo de un lugar preciso. Además, me angustia quedarme mucho tiempo en el mismo sitio", reconoce Gatlif, cuyos personajes cinematográficos también se encuentran habitualmente en tránsito por países extranjeros. Esta semana presentó en España su última cinta, Transilvana, que hoy se estrena en las salas. Protagonizado por la actriz Asia Argento, el filme transporta al espectador al corazón de Rumania tras los pasos de una joven italiana que busca apasionadamente al hombre al que ama.
Gatlif empezó a darle vueltas a esta nueva película en cuanto terminó de rodar Exils. "Quería contar la historia de una mujer joven que ama con toda su alma y se entrega a los hombres en cuanto les conoce. Que cree en lo esotérico y sitúa sus decepciones constantes en un mundo mágico. Todos estos aspectos me llevaron a pensar enseguida en Transilvania como escenario ideal, porque su población rural está impregnada de historias y leyendas".
Con el tiempo fue dando forma a la película y a su personaje protagonista. Zingarina (Argento) es una mujer racial e impulsiva que al poco de llegar a Transilvania se deja seducir por sus encantos. En una fiesta popular, sin embargo, se topa con la cruda realidad: el músico del que se había enamorado en el sur de Francia la rechaza sin contemplaciones. Y es a partir de entonces cuando comienza su verdadero viaje por tierras rumanas en busca de respuestas.
Para interpretar a la joven, Gatlif pensó desde un primer momento en la actriz italiana Asia Argento, que cautivó a Gatlif por estar "poseída por la modernidad". "Me gusta su lado moderno. Y en cuanto la pongo a experimentar sentimientos arcaicos, como los celos, se produce una gran explosión, un contraste terrible", comentaba el cineasta a su paso por Barcelona. "Encarna muy bien a las mujeres jóvenes de hoy en día, que huyen de los compromisos: no quieren tener hijos y piensan que la libertad está por encima de todo".
La música tiene un papel clave y aparece en el filme casi de manera constante. Gatlif se encargó de ir componiendo la banda sonora junto a Delphine Mantoulet a la vez que escribía el guión. En ella, aparecen desde los ritmos cíngaros a los orientales, lo que contribuye a que este filme de nacionalidad francesa "no parezca francés", según el cineasta.
Babelia
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