Viaje al abandono

Una brutal crisis económica y una pérdida de habitantes cada año que ha llevado a Ecuador a desprenderse de 1,5 millones de los 13 que están censados. Los destinos de ese importante número de personas están en ciudades de Estados Unidos, Italia y España, donde, tras arduos esfuerzos, logran un puesto de trabajo y la esperanza de poder regresar a su tierra con mejores condiciones económicas que las que tenían. La realizadora Tania Hermida llevaba tres años con un proyecto cinematográfico en el que deseaba contar el vacío de las calles y la soledad que muestran algunos pueblos de su país prácticamente abandonados. Qué tan lejos es un viaje por un paisaje en paro que lleva a las actrices Tania Martínez (Esperanza) y Cecilia Vallejo (Teresa) de la ilusión al desencanto, y de allí al deslumbramiento de una identidad que está más cerca de sí mismas cuanto más lejos les lleva el camino. Un camino que se convierte en protagonista en este filme.

"Hacer una película independiente es difícil en cualquier lugar del mundo, pero el esfuerzo está siendo compensado con el reconocimiento internacional", subraya la directora Tania Hermida. La producción de este filme tuvo un coste de 360.000 euros, una cantidad muy alejada de los presupuestos de las producciones europeas o americanas. "Desde que el guión nació, había dos personajes que tenía claros, una ecuatoriana y una turista, y la turista pensé que podría ser española por toda la relación que existe entre estos países, por la herencia colonial y por ciertas dosis del resentimiento que existe".

Hermida habla de la salida masiva de compatriotas hacia Europa y Estados Unidos y dice que "la emigración ha permitido una cierta democratización del país. Los países de América Latina, en general, y Ecuador, en particular, son lugares muy racistas y muy clasistas. La clase pobre estaba condenada a no salir de la miseria y su traslado a otros países les ha posibilitado ascender un poco". Qué tan lejos es una de las cuatro películas -hasta finales de los noventa se filmaba una película cada década- que se ruedan al año en Ecuador, un país en el que actualmente se están creando los mecanismos para que se incremente el número de producciones. "Cuando empecé hace tres años no había ningún tipo de ley de cinematografía, no había ningún tipo de ayuda pública a la producción, no había incentivos para las empresas que quieren aportar a la producción. Hemos tenido que hacer una pequeña cruzada nacional para poder sacar adelante todo ello. Se acaba de crear el primer Consejo Nacional de Cine y esto nos va a permitir a acceder a ayudas, a articularnos en el mundo de la coproducción", indica la directora.

Hermida sostiene que el cine en Ecuador como fenómeno cultural está emergiendo actualmente. "Hasta ahora, hacer cine se entendía como fenómeno aislado que no marcaba el ritmo cultural del país. Ahora se empieza a dar cuenta de lo que está ocurriendo social y políticamente en Ecuador".