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Reportaje:

Un columpio para volver a la infancia

Una película refleja el abismo en el que viven los 400.000 enfermos de Alzheimer en España

¿Y tú quién eres? El drama del Alzheimer, su pozo oscuro, genera esta pregunta que da título a la última película de Antonio Mercero. Manuel Alexandre, protagonista del filme, junto con José Luis López Vázquez, lanza este interrogante a quien le cuida. Una pregunta terrible dirigida a los ojos que más le quieren y en los que él no reconoce nada, ni presente ni pasado. Los cerca de 400.000 enfermos que padecen este mal en España viven en esa misma zona de sombra: miran sin ver a quién tienen delante. ¿Y tú quién eres? se estrenará mañana, día dedicado a esta enfermedad que condena al destierro vital a quien la padece. La Reina de España, impulsora de la Fundación Alzheimer, asistirá al estreno.

"Los directores de cine tenemos que dar testimonio de la realidad que nos rodea", afirma seguro Mercero. Cuando todavía flotan en el aire las duras imágenes de su anterior película, Cuarta planta, sobre el cáncer infantil, esta última recoge un nuevo tramo de dolor: un silencio que se agranda con la esperanza de vida que afecta ya a la cuarta parte de los mayores de 85 años (y a seis de cada cien españoles mayores de 65 años). "Últimamente es una plaga. No hay familia que de un modo directo o indirecto no conozca una historia de Alzheimer. Había que hacer algo. Antes de escribir el guión acudí durante semanas a centros de día y a la residencia de La Moraleja donde rodamos y busqué sobre todo miradas y sonrisas. Porque ¿cómo se habla a quien ya no recuerda nada, y mira sin mirar?", pregunta Mercero. En estas visitas descubrió a una mujer que paseaba un carrito de niño y a la vez hablaba. Hablaba al vacío, porque allí no había niño. Mercero transportó esa escena a la película. Vio también a un anciano con cara de niño que gritaba: ¡"Quiero ver a mi madre"! Sin embargo, en la película también hay humor. En parte gracias a Alexandre, que iba para periodista y acertó pasándose al cine.

¿Qué pasó por la cabeza de Manuel Alexandre cuándo el director le ofreció ese papel? ¿Vértigo quizás, por estar a punto de cumplir 90 espléndidos años sin sentir el aguijón de la desmemoria? "No. Después de más de 300 películas y 500 programas de televisión, ya nada me asombra. Fui al centro de día y traté de captar si no su realidad, su espíritu. Es muy poco lo que dan, porque están en un mundo que no se ve, como idos, pero tienen algo misterioso, ese negativo que te queda dentro y que ante la cámara sale", dice Alexandre. "El personaje no es igual al final que al principio", añade. La realidad se le escapa escena a escena y el actor transmite esa sensación brumosa: perder toda referencia e ir a comprar un collar a una frutería. O encontrar un columpio y ponerse a andar con él como si fuera un juguete. Un mundo opaco en el que el cuidador es la única mano que guía y que da calor.

Jorge Matías-Guiu, presidente de la Sociedad Española de Neurología, considera que la ficción de Mercero cuenta bien la progresión del Alzheimer. "Sabemos los mecanismos que intervienen en la enfermedad y cómo mueren las células responsables de la misma, pero no el porqué. Hay tratamiento para ralentizar su avance, pero no hay cura", recuerda Matías-Guiu. "No se trata de olvidar nombres, sino de perder la memoria de los hechos, no reconocer el camino. Lo que se rompe es la interpretación, la capacidad de asociar", prosigue el neurólogo. Atribuye su mayor visibilidad a que ahora se diagnostica, además de haber aumentado la longevidad de la población. Frente a este reto, hay varias líneas de investigación, desde la vía de las células madres adultas a la búsqueda de una vacuna.

Entre tanto, el Alzheimer cabalga. "Toda la familia se ve afectada y es habitual que un miembro de la misma por elección o por delegación, se dedique al paciente", explica Mercero. "En la película, la nieta decide cuidar a su abuelo porque cree que él solo tiene su amor. Él no lo sabe, pero quizás sea ese afecto su único lazo que tiene con la vida. El cuidador no tiene recompensa", añade Mercero. Quería que se supiera y lo ha contado.

Manuel Alexandre (derecha) y Antonio Mercero hace unos días en Madrid.
Manuel Alexandre (derecha) y Antonio Mercero hace unos días en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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