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La Generalitat presenta un informe que avala limitar la velocidad a 80 km/h

Reducir la contaminación atmosférica evitaría 1.200 muertes al año, según un estudio

Ana Pantaleoni

El aire de Barcelona está muy sucio. La Generalitat dio ayer el primer paso para convencer a la gente de las bondades de su paquete de medidas medioambientales, algunas tan polémicas como la reducción del límite de velocidad a 80 kilómetros por hora en el área metropolitana. La reducción de la contaminación en Barcelona hasta las concentraciones que marca la UE evitaría 1.200 muertes anuales, según un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (Creal) hecho público ayer ante los directores de Salud Pública y Medio Ambiente.

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Un total de 1.200 muertos menos al año, es decir, el 4% de las muertes por causas naturales en el área metropolitana de Barcelona; 12.100 casos menos de bronquitis aguda en niños y 18.700 ataques de asma también menos; se evitarían 600 hospitalizaciones. Y, como consecuencia, un aumento en cinco meses de la esperanza de vida media. Son sólo algunas de las estimaciones que recoge el estudio del Creal. Estas estimaciones serán una realidad si Barcelona se ajusta a la norma de la Unión Europea en calidad de aire. Esas mismas cifras mejorarían sustancialmente si se alcanzara el estándar que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El marcador de calidad del aire (PM10) -partículas en suspensión inhalables originadas, por ejemplo, por el tránsito- muestra que el área metropolitana barcelonesa presenta 50 microgramos por metro cúbico de estas partículas contaminantes, es decir, un índice elevado. La Unión Europea prevé reducir este índice a 40 y la OMS aconseja rebajarlo a 20 microgramos por metro cúbico. Por lo tanto, si se lograra reducir la concentración de contaminación atmosférica anual hasta los estándares de la OMS, el resultado serían 3.500 muertes anuales menos y un aumento en 14 meses de la esperanza de vida de los barceloneses.

Barcelona, la peor de Europa

La posición de Barcelona en el clasificación de ciudades con contaminación atmosférica "compite con otras por ser de las peores de Europa", exclamó ayer Nino Künzli, profesor de investigación en el Instituto Municipal de Investigación Médica y del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental. Este profesor ha dirigido el estudio que demuestra que la reducción de la contaminación mejora la salud. Estos datos, según Künzli, son "estimaciones", ya que las muertes causadas por la contaminación, el tabaco y el tipo de dieta, entre otros, no dejan señales que permitan asociar el fallecimiento a una causa concreta.

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El informe dirigido por Künzli fue encargado por los departamentos de Medio Ambiente y Salud. Precisamente, el plan de calidad del aire aprobado por el Gobierno catalán en julio pretende reducir la concentración de estos contaminantes en Barcelona a 40 microgramos por metro cúbico para el año 2010, como marca la UE.

"Las políticas medioambientales pueden contribuir a generar salud tanto o más que la construcción de nuevos hospitales", subrayó Antoni Plasència, director general de Salud Pública. La directora general de Medio Ambiente, Maria Comellas, explica que en 2006 el Gobierno catalán decretó como zona de protección especial Barcelona y 40 municipios cercanos por la mala calidad del aire.

"Esta mala calidad afecta a la salud. Para nosotros es importante tener instrumentos para convencer de la importancia de nuestros planes", resaltó Comellas, dejando claro que buena parte de los argumentos que se derivan de este estudio sirven para justificar la polémica limitación de velocidad en las carreteras metropolitanas. Esta medida es discutida por la oposición también con argumentos científicos.

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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