El PP regresa entre insultos a la ofrenda floral a Casanova
Nada ha cambiado desde 2003. Después de tres años de ausencia, la dirección del PP de Cataluña volvió a participar ayer en la ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova en Barcelona, el acto que abre la celebración de la Diada. Y al igual que en 2003, los populares fueron recibidos por un centenar de independentistas con insultos, abucheos y gritos aislados a favor de la organización terrorista Terra Lliure. Ningún partido se libró de los abucheos; ni el presidente de la Generalitat, al que los concentrados dedicaron su insulto favorito: "Botifler". Así eran conocidos en 1714 los catalanes que, durante el asedio de Barcelona, defendieron los asaltantes borbónicos frente al poder establecido de los Austrias.
Todos parecían querer acabar lo antes posible con el mal trago. Comenzando por los miembros del Gobierno y acabando por los dirigentes de Convergència i Unió, las principales instituciones y partidos catalanes pasaron uno a uno por el monumento a Rafel de Casanova para hacer la ofrenda floral. Entre el público, situado tras un fuerte dispositivo de seguridad, un centenar de independentistas reclamaba protagonismo a base de abucheos.
La delegación del PP, encabezada por su presidente, Daniel Sirera; la del RCD Espanyol, con Daniel Sánchez Llibre al frente, y la del Gobierno catalán, con el presidente José Montilla al frente, fueron, por este orden, los más abucheados. El paso de los dirigentes del PP ante la estatua del que fue la máxima autoridad de Barcelona durante el asedio de las tropas borbónicas en 1714 fue penoso. Les dedicaron los insultos de "traidores" y "botiflers". Tras la ofrenda floral, el presidente del PP en Cataluña, Daniel Sirera, defendió la vuelta al monumento a Casanova por su voluntad de "dar voz a los catalanes que no somos nacionalistas", y reivindicó que la Diada ha de ser una "fiesta de todos y no monopolizada por unos cuantos".
Por otra parte, y en otro acto, el actor catalán Joel Joan asumió como propias las palabras pronunciadas por el ex senador ya fallecido Lluís Maria Xirinacs, quien en 2002 se declaró "amigo de ETA".
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