Las bandas llegan al centro de París
El Gobierno francés anuncia medidas para frenar la violencia de las pandillas juveniles
Pronto hará dos años de la rebelión de las barriadas, cuando ardieron durante semanas los barrios más deprimidos de las grandes ciudades francesas, un episodio que puso en evidencia las fracturas que atraviesan la sociedad gala. Ahora, la violencia de las bandas del departamento de Seine Saint-Denis ha llegado al centro de París.
Desde mediados del verano las bandas del extrarradio dirimen sus agravios en la capital. Y no solo ellos. De los propios barrios parisinos salen grupos aparentemente organizados, vinculados a la delincuencia, que se dan cita en lugares tan céntricos como la plaza Pigalle, la que alberga el famoso cabaré Moulin Rouge, para zurrarse la badana.
La ministra del Interior, Michèle Alliot-Marie, ha tomado rápidamente cartas en el asunto. Ayer reunió a los prefectos de policía de todos los departamentos de la región de Îlle-de-France, que incluye París y toda su corona, para tomar medidas. Los servicios de información de la policía, conocidos por sus iniciales RG, han detectado que en el primer semestre de este año se han producido 129 actos delictivos relacionados con las bandas juveniles, un aumento del 29% respecto al mismo periodo de 2006. Este documento, desvelado el miércoles por Le Monde, asegura que "se asiste a una vuelta sensible del fenómeno de las bandas étnicas compuestas en su mayoría por individuos de origen subsahariano que se atribuyen nombres, códigos o vestimentas inspirados en los grupos negros norteamericanos".
Los actos delictivos de las bandas han crecido un 29% en el primer semestre del año
Los servicios policiales temen que se esté produciendo la conjunción de dos fenómenos distintos: el repliegue de tipo comunitarista de las comunidades de origen inmigrante y las tradicionales bandas de delincuentes comunes activas en las barriadas. Los enfrentamientos entre bandas, señala el informe, están estrechamente ligados a las rivalidades territoriales y a la delincuencia, como el control del tráfico de drogas. La policía señala también su inquietud por la emergencia de una "violencia tribal sin concesiones".
"Es un fenómeno que conocemos desde hace tiempo pero que ha retomado fuerza", señalaba Alliot-Marie. La titular de Interior anunció la creación de una célula especial de la policía centrada en la violencia juvenil y explicó que las fuerzas de seguridad estudiarán conjuntamente los vídeos de vigilancia de las estaciones de cercanías para identificar a los miembros de las bandas.
Laurent Le Mesle, el procurador general de París, anunció ayer que se realizarán "controles de identidad" no sólo en las estaciones de llegada en el centro, sino en las estaciones de salida, "seleccionados y en los lugares precisos". Le Mesle ha revelado que parte del problema es que el control que se ejerce sobre los jóvenes que forman parte de estas bandas corresponde a los prefectos de cada departamento, y que desaparece cuando salen de su zona. Las sanciones, anunció, no sólo serán "más duras, sino más inmediatas". Para ello, los individuos que sean acusados serán juzgados por el tribunal de París, y no por las salas locales.
"Las líneas de cercanías han acercado los Campos Elíseos a 10 minutos de los suburbios", señalaba un joven entrevistado por una emisora de radio. Aunque la verdadera pista de aterrizaje sea la Gare (Estación) du Nord, que además se sitúa en pleno distrito IX, al lado de Pigalle, que es donde se están produciendo la mayor parte de los incidentes.
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