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La policía alemana frustra su 11-M

Detenidos tres islamistas que planeaban atentar en el aeropuerto de Francfort y en bases militares

La fiscalía federal alemana anunció ayer la detención de tres hombres acusados de preparar un atentado terrorista de grandes proporciones contra intereses estadounidenses en Alemania y contra el aeropuerto internacional de Francfort, el segundo de Europa en número de pasajeros. Dos de los detenidos son alemanes conversos al islam, identificados como Daniel S. y Fritz G. El tercero es el ciudadano turco Aden Y. La fiscal federal Monika Harms explicó que los supuestos terroristas pretendían cometer atentados "tan graves como los de Madrid y Londres".

Algunos sospechosos estaban dispuestos a inmolarse por la causa islamista
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Alemanes convertidos al islam

Las detenciones se llevaron a cabo en la localidad de Oberschledorn, en el Estado federado de Renania del Norte-Westfalia. Funcionarios de la policía criminal y miembros de la fuerza policial de élite GSG9 tomaron al asalto una casa de vacaciones alquilada por los sospechosos. Las detenciones se produjeron el pasado martes hacia las dos y media de la tarde, según informaron ayer las autoridades. Cientos de policías participaron después en una operación a gran escala, en cuyo transcurso se registraron otros 40 inmuebles en todo el país.

Las fuerzas del orden se incautaron de detonadores y de otros instrumentos, además de 730 kilos de peróxido de hidrógeno en una solución al 35%, que se puede utilizar para fabricar material explosivo de gran potencia. La policía hablaba ayer del equivalente a 540 kilos de TNT. Los jóvenes pertenecían a la Unión de la Yihad Islámica o, al menos, mantenían contacto con esa organización. Los tres detenidos pasaron el año pasado largas temporadas en campos de entrenamiento militar en Pakistán. La policía desconoce si el grupo recibía órdenes del extranjero o si bien se organizó como un comando autónomo en Alemania. Las autoridades llevaban seis meses vigilándoles con un contingente de hasta 300 policías, y creen que los islamistas planeaban atentar en el aniversario de los ataques del 11-S, la próxima semana.

Todo empezó cuando, en diciembre de 2006, los servicios de inteligencia se percataron de los movimientos de merodeo de varios hombres cerca de instalaciones militares estadounidenses en Hanau, al este de Francfort. En enero de este año, la policía registró las viviendas de los sospechosos. Encontraron una serie de pruebas de la existencia de un grupo terrorista peligroso. Durante las escuchas que hicieron, escucharon a algunos de los sospechosos decir que estaban dispuestos a inmolarse por la causa islamista.

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Entonces se prefirió no intervenir ni detener a los sospechosos, en palabras del jefe de la Oficina Federal de lo Criminal, Jörg Ziercke, porque "una intervención inmediata no habría atajado la amenaza que representaba el grupo". La formación de la célula islamista en Pakistán en fabricación y manejo de bombas permitía deducir la dimensión de la amenaza.

No parece que los registros policiales hicieran mella en los ánimos del grupo que, durante los pasados meses, entre febrero y agosto, se apoderó de bidones de peróxido de hidrógeno, uno tras otro hasta tener 12. La policía señala que con esta "agua oxigenada" en alta concentración y otros elementos de fácil compra se pueden fabricar bombas de efectos devastadores.

En esa fase se encontraban los sospechosos cuando los detuvo la policía. El domingo pasado transportaron el líquido desde un garaje de la localidad de Freudenstadt, donde lo almacenaron durante su adquisición, a la casa de vacaciones que alquilaron bajo nombre falso en Oberschledorn. Se disponían a mezclar el explosivo con el que fabricar los coches bomba. No sabían que la policía les había dado el cambiazo mientras los vigilaba y así, en lugar de la solución de 35% con la que se puede fabricar explosivos, los bidones azules contenían peróxido de hidrógeno al 3%; el mismo que se puede comprar en la farmacia como agua oxigenada. Desde el pasado julio, el peligroso alijo no era más que desinfectante.

El pasado lunes, los yihadistas se dispusieron a reunir el material de detonación. A la vuelta de uno de los recados, un control policial ordinario y casual les llevó a sospechar que estaban bajo vigilancia. Cuando, llevados por el miedo a ser descubiertos, decidieron abandonar su escondite, la policía procedió a detenerlos para evitar perderlos de vista.

En una conferencia de prensa celebrada ayer, el ministro alemán del Interior, Wolfgang Schäuble, se felicitó por la desarticulación del supuesto comando terrorista. Aunque no quiso abordar el tema, el ministro pudo ver respaldada la línea dura en materia de seguridad que defiende desde que accedió al cargo. En especial durante el verano se ha distinguido este dirigente democristiano por proponer medios de control policial estrictos.

Las propuestas más llamativas en materia antiterrorista incluyen el llamado "registro en línea" de ordenadores privados sin mandato judicial. En julio, Schäuble llegó a sugerir la legalización de los asesinatos preventivos de terroristas. Días más tarde, el ministro dijo sentirse "incomprendido" por las duras críticas recibidas. Durante la rueda de prensa de ayer no daba ya esa impresión.

Los tres islamistas detenidos por la policía alemana, durante su traslado ayer al Tribunal Federal Supremo de Karlsruhe.
Los tres islamistas detenidos por la policía alemana, durante su traslado ayer al Tribunal Federal Supremo de Karlsruhe.EFE

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