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Reportaje:Desenterrando la memoria

Un ejército de arqueólogos en busca del Comandante Moreno

Dos asociaciones intentan localizar al jefe del Batallón Galicia en Lugo

Un ejército de arqueólogos de los movimientos en defensa de la memoria sigue buscando al comandante Moreno Torres, jefe del Batallón Galicia, en las fincas cercanas al cementerio de A Fonsagrada. De momento, ni las coplas que recuerdan su muerte ni los testimonios de los vecinos han dado resultado. Las excavaciones de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) sólo consiguieron exhumar 11 cadáveres en O Acebo, de los 15 o 16 que pretendían recuperar. Y ahora es la Asociación para la Dignificación de las Víctimas del Fascismo la que ha retomado los trabajos. Manuel Sarille, su presidente, calcula que fueron 20 o 21 los integrantes del Batallón Galicia que llegaron a A Fonsagrada desde Asturias, después de haberse separado por el camino. Todos fueron asesinados.

"Los mataron con cuchillos, con hoces, con navajas, con pistolas..."
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Los muertos toman la palabra

Sarille, telegrafista en A Fonsagrada durante la guerra, mantuvo conversaciones con el regente de la fonda Trabada y el gobernador civil y diputado republicano, Armando Peñamaría. Ambos le contaron que los republicanos llegaron al pueblo y pidieron alojamiento. Alguien avisó de su presencia, por lo que las tropas leales escaparon hacia el pueblo de Monteseiro, donde la Guardia Civil les dio alcance. Los integrantes del Batallón Galicia fueron desarmados y obligados a cavar las fosas donde serían enterrados. Acto seguido, comenzó la "carnicería". Tal y como relata Sarille, los nacionales utilizaron instrumentos de lo más diversos para arrebatarles la vida. "Los mataron con cuchillos, con hoces, con navajas, con pistolas..." y después los enterraron en la fosa que fue localizada hace un par de semanas en el puerto de O Acebo (Asturias).

Sin embargo, el comandante Moreno y otro joven de la brigada lograron escapar de las fauces fascistas, "aprovechando el follón de la noche". A la mañana siguiente, fueron atrapados en un pueblo al sur de Monteseiro. Desde allí los llevaron al cuartel, donde los guardias civiles se sortearon el ajusticiamiento. El azar eligió a un "guardia joven de buenos sentimientos", que rompió a llorar antes de correr pueblo arriba.

En la huida se encontró a un famoso falangista de A Fonsagrada, que le preguntó el motivo de su tristeza y se ofreció como verdugo: "¡Cojones, te los mato yo!". Dicho y hecho. El falangista, cuyo nombre prefiere preservar Sarille, los asesinó al lado del viejo cementerio de A Fonsagrada.

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La revelación viene a confirmar la hipótesis de que Moreno Torres estaría enterrado con un compañero cuya identidad se desconoce. Sumados estos dos cadáveres a los once encontrados en O Acebo serían trece los republicanos fusilados. El paradero de siete de los ocho restantes podría explicarlo el relato del médico de O Cádavo y jefe de la Falange de Baleira, el doctor Balero, quien después de visitar a unos pacientes se encontró a siete chicos con botas y armados, "tal como venían del frente". Está documentado que el Batallón Galicia se disgregó en su huida, por lo que estos siete bien podrían pertenecer a esta formación. Balero los llevó a O Cádavo donde dieron muerte a cinco que fueron enterrados en la parroquia de Retizós. Un padre y su hijo, ambos afines a Franco, pidieron asesinar a los dos restantes en el lugar de Forno da Cal, y los sepultaron al lado del cementerio antiguo de Pena. De este modo se completaría la veintena, cifra que coincide con el censo de ajusticiados de Sarille.

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