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Una viuda suiza admite que su marido pudo matar a una niña

"Desgraciadamente, tengo que aceptar que mi marido ha podido asesinar a la pequeña Ylenia", afirmó Vreni von Aesch en una entrevista exclusiva publicada ayer por el diario de Zúrich SonntagsBlick. La mujer es la viuda de Ars von Aesch, el presunto secuestrador de Ylenia, la niña de cinco años y medio que se encuentra desaparecida desde hace 26 días y que es conocida ya como "la Madeleine suiza".

La viuda rechaza además con firmeza las acusaciones de pedofilia que pesan sobre su esposo. "Él no era pedófilo, sino muy sociable y hablaba por igual con jóvenes y ancianos", afirmó.

Urs Hans von Aesch, de 67 años, vivía en España desde 1990 y se suicidó en el bosque de Oberbüren (Suiza) el mismo día de la desaparición de Ylenia, tras disparar a bocajarro a un potencial testigo.

La policía científica suiza demostró que el hombre estuvo en contacto con la niña gracias a muestras de su ADN encontradas en las ropas de Ylenia. Las prendas de la niña fueron halladas ordenadas al lado de la carretera. La semana pasada se pudo igualmente probar de forma concluyente que Ylenia estuvo en la furgoneta de Von Aesch abandonada en el bosque. "No puede negarse la evidencia del contacto", comentó la viuda, "aunque mi marido era incapaz de hacer daño ni siquiera a un animal".

La entrevista fue realizada por un equipo enviado por el diario de Zúrich hasta Benimantell, Alicante. Antes que los medios de comunicación, fueron las autoridades de ese país las que se personaron en Alicante para realizar pesquisas en la casa del presunto secuestrador y estudiar los discos duros de su ordenador.

Juguetes sin hijos

Según la prensa, en los discos se habrían encontrado pruebas que demuestran que Von Aesch guardaba archivos de pedofilia que intentaron ser borrados tras su muerte, y que el hombre contactó con varios pedófilos. También se encontraron numerosos juguetes en su casa, lo que aumenta las sospechas hacia un matrimonio que nunca tuvo hijos. El material informático obra ya en poder de las autoridades helvéticas tras haber sido examinado por la Guardia Civil, que colabora estrechamente con los suizos en este caso.

Interrogada por el SonntagsBlick sobre las motivaciones de su marido para el presunto asesinato, Vreni von Aesch afirmó: "Para él, la vida era una tortura que no le daba ningún placer y pensaba que hubiera sido mejor no haber nacido. Creo que él quiso ahorrarle a la pequeña una existencia tan espantosa".

Vreni von Aesch ha sido interrogada en Suiza por la policía y el juez de instrucción antes de ser liberada, de momento, sin cargos. A pesar de las intensas búsquedas, en las que participaron hasta 200 soldados del Ejército suizo, policías, perros adiestrados y bomberos apoyados por helicópteros, sigue sin haber rastro alguno del cuerpo de la pequeña a casi un mes de su desaparición.

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