Hay que transformar la simpatía en inversiones
La salida de la multinacional Delphi aviva el debate sobre la productividad en la Bahía de Cádiz
En febrero llegó a la factoría de Delphi en Puerto Real una carta en inglés en la que la empresa expresaba su intención de cerrar. A partir de ese momento se ha vivido un largo conflicto, cerrado parcialmente con el acuerdo entre la Junta de Andalucía, la empresa y los sindicatos para las indemnización y recolocación de los 1.500 trabajadores.
M. Ruiz: "En Delphi el absentismo tenía su origen en la desmotivación"
Aunque quedan pendientes de cumplir partes importantes del acuerdo, el conflicto ha entrado en fase de solución. El Consejero de Empleo, Antonio Fernández, que pilotó las negociaciones para encontrar una salida, declaró que era necesario convertir la crisis en oportunidad para el desarrollo y lanzó el debate de por qué se van las empresas de la Bahía de Cádiz.
Para responder esta pregunta EL PAÍS ha reunido a tres líderes de opinión de la provincia: Manuel Ruiz, obrero metalúrgico y secretario provincial de CCOO; Javier Sánchez Rojas, empresario y secretario de la Confederación de Empresarios de Cádiz y José Ruiz Navarro, catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Cádiz y antiguo director de la Zona de Urgente Industrialización.
EL PAÍS. ¿Por qué se van las empresas de la Bahía de Cádiz?
José Ruiz Navarro. No es verdad que se vayan; se ha ido una, Delphi, que era muy importante. Lo que debemos preguntarnos es cuál debe ser nuestro futuro en una economía basada en el conocimiento y qué ventajas competitivas podemos ofrecer para la creación e instalación de nuevas empresas.
Javier Sánchez Rojas. Es injusto decir que se van las empresas, porque como generalización no es cierto. Hace 25 años éramos objeto de localización, cuando se instaló aquí Delphi, por los bajos salarios: ahora, afortunadamente, los niveles retributivos han subido, lo que ha supuesto esta deslocalización.
Manuel Ruiz. Es cierto, sólo se ha ido una. Y me parece más importante adoptar medidas para ver cómo podemos competir que estar lamentándonos.
J.R.N. El futuro pasa por impulsar estas tres condiciones, lo que en los territorios más avanzados llaman "las tres t": tecnología, talento y tolerancia con lo nuevo. Es decir, un adecuado desarrollo tecnológico, la capacidad de atraer y desarrollar personas con talento y creatividad y un clima social que tolere y apoye la innovación.
J.S.R. Esta crisis puede abrir una oportunidad, si la sabemos aprovechar. Invertir en infraestructuras, no sólo en carreteras. La conflictividad ha sido un problema histórico. Las imágenes de cortes en el Puente Carranza no ayudan a crear confianza para invertir. Tengo que felicitar la manera en la que se ha llevado el conflicto de Delphi por parte de los sindicatos.
No podemos dar una imagen de sociedad conflictiva. De 150 convenios que se firman en la provincia, solo tres generan conflictos. Tenemos que recuperar la autoestima de los gaditanos, no caer en el catastrofismo. Ahora tenemos una oportunidad histórica con el Polígono Las Aletas, el mayor parque empresarial del Sur de Europa, en Puerto Real.
M.R. No es especialmente preocupante que una multinacional se vaya. Lo importante es que tengamos capacidad de respuesta. La innovación y la investigación son fundamentales. Delphi tiene que servirnos para aprender.
J.R.N. En los análisis de las empresas líderes, las empresas gacela (rápido crecimiento) y empresas de alto rendimiento la Bahía no sale mal parada con respecto a Andalucía. Pero el informe GEM señala que hay menos personas comprometidas o capaces de crear empresas con respecto al resto de Andalucía. Hay que crear más empresas de calidad y un clima social capaz de atraer empresas basadas en el conocimiento.
J.S.R. Andalucía es la segunda región española, tras Madrid, en creación de empresas. No somos tan poco competitivos como se quiere hacer creer. Tenemos que contar lo que hacemos, explicar nuestras capacidades y potencialidades. Mejorar nuestra especialización. No puede ocurrir que para hacer el soterramiento de la vía del tren en Cádiz o para levantar El Corte Inglés, no hubiera obreros especializados; hubo que traerlos de fuera. Esperemos que en la construcción del segundo puente no pase lo mismo.
J.R.N. Fijaros el desarrollo en torno a Indytex en La Coruña, con empresas de diseño, de tecnología textil y con creativos de todo tipo. Un ejemplo a seguir de cómo renovar y complementar nuestro bagaje industrial con creatividad.
M.R. Lo que no podemos hacer es que el sector servicios sea la única salida. No podemos olvidar la agricultura y la formación. Vamos por detrás del mercado.
J.S.R. Si pusiéramos la misma pasión que ponemos para las cofradías, los carnavales y las fiestas en la innovación, en la creación y en el desarrollo es posible que nuestro futuro fuera mucho más halagüeño. Si en vez de liarnos en un debate estéril sobre estética acerca de los parques eólicos nos pusiéramos a promover que las empresas que fabrican los aerogeneradores se instalaran en la provincia, nos iría mejor. Debemos ser dinámicos para captar nuevas inversiones. El dueño de Corporación Dermoestética encargó un yate de lujo en Navantia San Fernando. Se dio cuenta de que por ahí puede haber una línea de negocio y ha creado en Vigo un astillero especializado en este tipo de barcos.
M.R. Los trabajadores deben implicarse en las empresas, pero para eso hace falta empleo de calidad. Con contratos indefinidos y buenas condiciones los trabajadores se sentirán partícipes de la empresa. En Delphi el absentismo tenía su origen en la desmotivación. En la firma del último convenio apreciamos que Delphi no tenía mucho interés en seguir porque decía que sí a todo lo que le pedíamos.
J.R.N. Necesitamos cultura emprendedora: formar, motivar y atraer a personas con talento. Implicar a la sociedad en el mundo empresarial. Nuestro pasado puede ser un trampolín para el futuro. Cuando se instaló Ford en la Bahía quisieron bautizar la empresa Cádiz Electrónica, en recordatorio a que aquí se instaló la empresa en Europa por primera vez
J.S.R. La imagen de Cádiz en España es de simpatía. Pero tenemos que saber transformar esa simpatía en inversiones y en creatividad.
J.R.N. Tenemos que hacer un Parque Tecológico en Las Aletas que sea diferente. Ya hay dos en Andalucía y ahora hemos de buscar fórmulas innovadoras y eficaces.
M.R. Es posible además que con el enlace fijo del Estrecho y el deseable y presumible desarrollo del continente africano, ganemos en una cierta centralidad.
J.R.N. En realidad, en la periferia es donde no hay capacidad de decisión. No es tanto un concepto físico, como estratégico: la capacidad de huir de la dependencia. Eso pasa por mejorar la eficiencia y la organización de las empresas y de la sociedad. El reto es ¿cómo nos organizamos para poner en valor no sólo la simpatía?
J.S.R. Un ejemplo de que la crisis de Delphi puede ser una oportunidad la tenemos en el cierre de esta misma empresa en Soria. Tenía 600 empleados. En sus mismas instalaciones trabajan ahora 1.500 Nosotros tenemos empresas punteras, como Dragados Off Shore, que puede llegar a dar empleo a 6.000 trabajadores dentro de poco en la construcción de diques y plataformas.
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