Vienen menos turistas, pero gastan más

Los turistas se gastaron 4.006 millones de euros en Cataluña durante la primera mitad del año. Es un 3,5% más de lo que desembolsaron de enero a junio del año pasado. Pero como la cuantía depende en buena parte de cuántos visitantes vinieron -y en ese periodo vinieron 6,6 millones, un 1,6% más- lo importante es medir el gasto medio realizado por cada uno de ellos. Y, según el Instituto de Estudios Turísticos, fue de 92,8 euros. Subió un 1,7%.

En julio, la llegada de extranjeros cayó un 1,3% sobre el año anterior. La de los que se alojaron en hoteles, un 4,2%

La diversificación geográfica de los viajeros que vienen y el turismo cultural, de congresos y sanitario favorecen el gasto

El gasto medio por turista aumentó en el segundo trimestre del año hasta los 92,3 euros, frente a los 82,4 de 2006

Si se calcula todo el dinero gastado acumulado en el primer semestre, a Cataluña sólo la supera Canarias, con 4.789 millones. Si se mide el gasto medio diario, la comunidad catalana figura en cuarto lugar. Le sacan ventaja la Comunidad de Madrid, Baleares y Canarias (ver gráfico).

Pero para la Generalitat, es mezclar manzanas y peras. Argumenta que el turismo cultural y de congresos que abunda en Madrid sólo sería comparable al que se expande por Barcelona, que el producto Canarias -sol y naturaleza todo el año- no es comparable con la diversificada oferta catalana y que Baleares concentra su riqueza de manera acaparadora en este sector, cuando para Cataluña pesa un 12% en su economía.

Los expertos del sector apuntan a que el gasto suele ser más bajo en la temporada alta de verano. Pero las estadísticas arrojan un aumento del gasto en Cataluña más acentuado entre abril a junio (un 12% sobre el mismo periodo en 2006), en comparación con el registrado de enero a marzo (un 1,9%). Y el crecimiento de Cataluña en el segundo trimestre del año fue superior a la media española: un 12% frente a un 4,5%.

Por ahora, el gasto crece y es importante si se tiene en cuenta que la industria turística catalana, como le ocurre al conjunto de la industria tradicional, ha alcanzado la madurez, compite con jóvenes destinos más baratos en el Mediterráneo que rivalizan con ella con una oferta básica de sol y playa y, ya por fin, barrunta cómo redefinir su oferta para diferenciarse de los demás. Quiere visitantes fuera de agosto, lejos de la costa y, sobre todo, que gasten más. Su objetivo se mueve entre el turista de congresos y el de balnearios. Y echa el anzuelo a mercados emisores -de donde proceden los turistas- nuevos. El auge del turismo nórdico empieza a notarse junto a los franceses, ingleses, italianos y alemanes de siempre.

El gasto por turista es uno de los datos que más inquieta a un sector, otro más, en plena transición, redibujado por las nuevas tecnologías, las aerolíneas de bajo coste y el movimento masivo de personas que exigen un trato personalizado. Un informe de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) advertía hace un par de meses de que el gasto real del visitante extranjero, descontado el incremento de los precios, bajaría este año un 3,2%.

La gran incógnita serán los datos de gasto del tercer trimestre del año, que incluirán el punto álgido de la temporada. Y es que esta campaña está siendo floja, sobre todo para los hoteleros de las comarcas de interior, para los cámpings y para la restauración, quejosa con este frío agosto, marcado por los chaparrones. En julio viajó a Cataluña un 1,3% de extranjeros menos que en el mismo mes del año pasado, y la cantidad de visitantes alojados en hoteles cayó un 4,2% de un año a otro; un 4,7% menos, en el caso de los españoles. El crecimiento, aunque débil (0,9%) de turistas extranjeros de enero a julio aporta oxígeno. La desestacionalización despunta.