De la Vega replica al PP que el rechazo de ANV a condenar el ataque no basta para ilegalizarla

Al Gobierno no le cogió de sorpresa el atentado de ayer. Su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, el martes, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el jueves, habían advertido sobre la probabilidad de que se produjera. Estaban informados. Por eso, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega dijo ayer tras el Consejo de Ministros: "Todos éramos conscientes de que ETA quería y podía intentarlo en cualquier momento y, por eso, se han puesto todos los medios para evitarlo". Junto a ello, expresó la "determinación del Gobierno para meter a los terroristas en la cárcel". Sobre la petición del PP de que se ilegalice ANV, De la Vega replicó que la negativa a condenar un atentado no basta para ilegalizar un partido.

El Gobierno, al no cogerle de sorpresa el atentado, tenía preparada la respuesta. Ha tenido 80 días, desde la ruptura formal del alto el fuego de ETA, el 5 de junio (en diciembre lo rompió de hecho con el atentado en Barajas que costó la vida a Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate), para diseñar la estrategia de respuesta a la banda y llevarla a la práctica.

La vicepresidenta se limitó a expresar, en una declaración, lo que el Gobierno está haciendo desde que ETA rompió el alto el fuego: "Hoy más que nunca el Gobierno afirma su determinación de seguir trabajando para que todos los terroristas, tarde o temprano, terminen en la cárcel, que es dónde deben estar y estarán todos los que pretenden imponerse por las armas y la violencia". Luego precisó la "mejor forma" que el Gobierno tiene de debilitar y vencer a los violentos: "Reforzar firmemente la acción policial, la judicial y la unidad de los demócratas".

El Ejecutivo, desde que la banda rompió el alto el fuego, ha avanzado en esa dirección con la detención de 18 etarras, algunos muy cualificados, y la neutralización de cuatro intentos de atentado. "Las Fuerzas de Seguridad han estado siempre alerta, con operaciones con excelentes resultados. Ni ETA ni quienes les amparan tienen futuro. La única alternativa a la violencia es la cárcel", dijo De la Vega.

Si el trabajo policial contra ETA ha funcionado, no ha sucedido lo mismo con el factor político, la unidad de los partidos. Ayer, De la Vega pidió unidad: "Juntos somos más fuertes que los terroristas. Unidos podremos poner fin a la sinrazón del terrorismo". E informó de que el ministro del Interior se había reunido con los portavoces de los grupos.

No obstante, el PP sigue sometiendo a prueba al Gobierno (pese a que ha demostrado que el diálogo con ETA acabó hace meses) y su portavoz, Gabriel Elorriaga, le reclamó que promueva la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca (partido para el que Batasuna pidió el voto en las elecciones) por no haber condenado el atentado. La vicepresidenta, tras calificar de "indecente" a quien no condena un atentado, replicó: "Si (ANV) traspasa mínimamente la barrera de la ley, el Gobierno actuará de forma inmediata, con toda firmeza". Y se remitió a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, según la cual, el hecho de que un partido no condene un atentado podrá ser un indicio, pero no razón suficiente para ilegalizarlo.