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Sarkozy endurece la ley después de que un pederasta reincidente violase a un niño

Un médico de la prisión recetó Viagra al pedófilo, condenado tres veces por abusos

A mediados del pasado mes de julio, la Asamblea Nacional francesa aprobó una ley que hacía más rigurosas las sanciones contra los delincuentes con reincidencia múltiple. Menos de un mes más tarde, el presidente Nicolas Sarkozy y su ministra de Justicia, Rachida Dati, ya anuncian una nueva ley para endurecer aquélla. Y la causa de tanta urgencia es el escándalo que ha causado en Francia el secuestro y violación el 3 de agosto de Enis, un niño de cinco años, por parte de un pederasta que había sido puesto en libertad el 2 de julio después de tres condenas.

Sarkozy se mostró favorable a practicar la "castración química" a aquellos pederastas que acepten someterse a ella. "El nuevo texto tiene que distinguir entre el cumplimiento de la pena y la garantía de seguridad necesaria para dejar a alguien en libertad", explicaba ayer Sarkozy al tiempo que prometía: "En 2009 dispondremos, en Lyón, de un hospital para el tratamiento de delincuentes sexuales".

El niño Enis fue presuntamente secuestrado y violado por Francis Evrard, un hombre de 61 años que había sido puesto en libertad el 2 de julio. Evrard había sido condenado en tres ocasiones (1975, 1985 y 1989) por atentados contra el pudor o violación de menores. Su última condena, mientras estaba encarcelado, la sufrió en 2004, por poseer en su celda imágenes pedófilas.

A la incapacidad para controlar a prisioneros que, sobre el papel, debieran estar bajo vigilancia -Evrard no tenía permiso para abandonar la región atlántica de Ruán, pero su delito lo cometió en el norte, en Roubaix- se suma el escándalo de que uno de los médicos de la prisión de Caen le extendiese, antes de salir en libertad, una receta de Viagra.

Que los servicios penitenciarios ayuden a los violadores de menores a recuperar químicamente el vigor sexual ha sido comparado por el padre de Enis con "facilitar ametralladoras a los atracadores o bombas a los terroristas". El médico de Caen asegura que desconocía las causas por las que Evrard estaba encarcelado y que el reglamento le impedía saber qué delitos había cometido.

Durante los cuatro años en que Sarkozy estuvo al frente del Ministerio de Interior, sus sucesivas leyes no sirvieron para resolver el problema de la multirreincidencia. En su día, Sarkozy proclamó como norma la "tolerancia cero" respecto al delito, y pocos meses más tarde ardieron 45.000 coches sin que nunca fueran detenidos y juzgados los incendiarios.

El drama vivido por Enis ha vuelto a poner sobre el tapete la solución del llamado "brazalete electrónico", que ya existe sobre el papel, pero que apenas se emplea porque necesita de inversiones que no se han hecho. Ahora, el presidente francés quiere que los delincuentes sexuales, cuando hayan cumplido su pena, "sean examinados por un colegio de médicos" y que ellos determinen si pueden ser dejados en libertad.

Hospitales cerrados

En caso contrario, deben seguir "en un hospital cerrado, bajo tratamiento, lo que puede permitirles tener numerosos permisos, o si no aceptan el tratamiento, aceptar entonces un encierro indefinido en esa institución hospitalaria".

Sarkozy, consciente de la importancia del caso Enis, no ha dudado en calificarlo como "un drama espantoso", y en recibir a la familia del niño.

La ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot, también tiene como misión preparar otro tipo de hospital cerrado, destinado a los delincuentes que cumplan su condena pero afectados por graves trastornos mentales. "No se les puede dejar en libertad. No es un problema de derechas o izquierdas, sino de sentido común", ha dicho un hiperactivo Sarkozy, que ayer, lunes, abordó con sus ministros temas económicos, sanitarios y de inmigración.

Sarkozy, en una rueda de prensa celebrada ayer en París.
Sarkozy, en una rueda de prensa celebrada ayer en París.REUTERS

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