Singularis Vitis

Casi todas las uvas tintas tienen la pulpa blanca, pero la tintorera la tiene de rojo, color granate. La etimología de tinto en castellano viene del latin tinctus, nombre que designaba la parte mas sólida de las uvas, donde se origina la acción de tintar el mosto y que describe perfectamente la virtud principal de la tintorera, intenso color y aroma, ya que una cosa no va sin la otra. Es sin duda una variedad interesantísima desde el punto de vista enológico que siempre ha atraído y asustado a los enólogos. Intenso aroma en la fermentación y descompensado sabor con respecto a la promesa aromática ofrecida. Es sin duda un reto, que dificulta la apuesta de las bodegas para elaborar un fino y gran vino. No es el caso de Rodolfo Valiente, que se planteó la elaboración con tintorera para hacer un tinto vigoroso y fino a la vez. Rodolfo estudió la promesa olfativa y seductor color que tenia en su tanque de vinificación, y encontró la solución en la selección del tipo de madera y capacidad de las barricas, para ir doblegando el tremendo poder de este mosto y mantener su seductor aroma y color. Rodolfo, un enólogo con sensibilidad y precisión, que dejó el derecho para convertirse en uno los mejores vinateros de la nueva generación, ha demostrado que la inteligencia aplicada en la acción es la base de todo progreso, por que como dicen en Oporto: "El mundo es una viña y cada cepa una cuestión". Gracias a su cultura enológica ha podido hacer este tinto voluptuoso pero fino, fuerte y elegante a la vez. Un tinto muy expresivo que ha necesitado tiempo para hacerse y que tendrá una vida muy longeva. En la copa es brillante y atractivo por su limpidez, color y bouquet. Este Pasamonte es el tinto más singular de este verano, que no es el de nuestro descontento como decía Shakespeare, gracias a este y otros vinos que hemos bebido. Rodolfo tiene un amoroso interés por el vino (no crean que lo tienen todos los vinateros venidos de otros sectores). Lo demuestra el valor de este Pasamonte que ha superado los límites de esta singular vid, estudiándola debió seguir la razón de Cicerón: "La observación de la naturaleza y su meditación ha generado el arte".