Putin anuncia un nuevo sistema antiaéreo frente al escudo antimisiles
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha ordenado dar un nuevo impulso al rearme y modernización militar del país, tras visitar el nuevo radar de alerta temprana en Vorónezh, en Lejtusi, localidad ubicada a unos 50 kilómetros al norte de San Petersburgo. Este centro, que entró en funcionamiento en diciembre pasado, es parte del programa de modernización que abarca de 2007 a 2015. Esta instalación, junto con el radar de nueva generación que se está construyendo en el sur de Rusia, forma parte de las medidas que está tomando el Kremlin en respuesta a los planes estadounidenses de crear un escudo nuclear en el este de Europa.
Putin señaló que el radar de Vorónezh es el primer paso de un vasto programa de defensa aérea que concluirá dentro de ocho años. Se trataba de la primera vez que Putin hablaba específicamente sobre el capítulo antiaéreo de los planes de rearme del Kremlin. Rusia había dicho anteriormente que pensaba elevar la eficacia de su defensa antiaérea en respuesta a las intenciones de Estados Unidos de emplazar un radar en la República Checa y misiles interceptores en Polonia. Moscú no cree en las explicaciones de Washington sobre los motivos para instalar ese armamento cerca de sus fronteras, y se considera amenazada. Rusia piensa que si los norteamericanos están realmente preocupados por posibles ataques de misiles provenientes de Irán o Corea del Norte, entonces deberían unir sus esfuerzos a los de los rusos y crear un sistema defensivo conjunto, en el que se podría utilizar el radar Gabalá, en Azerbaiyán, que el Kremlin controla.
Desde el Polo hasta África
El radar Vorónezh puede vigilar el territorio que va desde el Polo Norte hasta África. "Esto es lo que yo llamo un desarrollo moderno de las Fuerzas Armadas, mucho más eficaz y más seguro", señaló Putin después de la visita. Los rusos han propuesto a EE UU utilizar asimismo el radar, también del tipo del Vorónezh, que están construyendo en el sur del país, en la provincia de Krasnodar, siempre y cuando los estadounidenses abandonen sus planes del escudo antimisiles en la República Checa y Polonia.
Un importante componente del sistema de defensa antiaérea que está modernizando Rusia es el nuevo sistema S-400, que reemplazará a los conocidos S-300, además, por supuesto, de los nuevos misiles balísticos Tópol-M. Para 2015, Rusia habrá emplazado 36 de estos misiles intercontinentales de ojiva divisible en silos y otros 66 en plataformas móviles. Entre los planes del Kremlin está también la construcción de nuevos submarinos nucleares que serán equipados cada uno con 12 misiles Bulava-M, llamados cuasibalísticos, de trayectoria modificable, con un radio de acción de más de 8.000 kilómetros y con 10 cabezas nucleares cada uno. Precisamente, la semana pasada la Armada rusa tomó la decisión de fabricar en serie piezas para esta nueva clase de misiles lanzados desde submarinos.
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