Canadá amenaza con una política agresiva para proteger su soberanía en el Ártico
El primer ministro anuncia la construcción de ocho buques para vigilar el Polo Norte
La carrera por el Polo Norte está lanzada y Canadá es la siguiente en mover ficha. El primer ministro canadiense, Stephen Harper, realiza una visita oficial de tres días al norte del país, donde prometió que seguirá una política agresiva a la hora de proteger la soberanía de esa región, en una contundente respuesta a la última maniobra de Rusia en el Ártico. Las dos potencias colindantes reclaman la propiedad de este territorio, rico en recursos energéticos y minerales.
Para demostrar esa "política agresiva", Harper anunció la construcción de ocho embarcaciones que patrullarán el Ártico para proteger su soberanía, y para ello destinará unos 5.400 millones de euros. Además, tiene la intención de anunciar la localización de una nueva base militar que sirva como puerto de atraque para sus buques, así como centro de entrenamiento.
Junto con esas medidas, el primer ministro anunció la expansión de uno de los más bellos parques naturales de Canadá, el Nahanni National Park Reserve, un espacio protegido por Naciones Unidas. La idea de Ottawa es añadirle otros 5.400 kilómetros de espacio protegido, hasta los 28.000 kilómetros cuadrados. "De esta manera se asegurará que este precioso territorio, y su vida salvaje única, estará protegido para generaciones futuras", remachó el mandatario.
El Kremlin está apostando fuerte con su nuevo plan, tras la simbólica colocación de una bandera en el océano Ártico la semana pasada. Pero aunque desde Ottawa se ironiza diciendo que lo hecho por los rusos es como "poner una bandera en la luna", los analistas advierten de que este acto es como "plantar un capote rojo delante de un toro".
La primera reacción de Canadá a la acción de Rusia fue calificar la colocación de la bandera como un acto del siglo XV. Una respuesta que sorprendió en Moscú, donde el presidente, Vladímir Putin, no dejó de elogiar al equipo de exploradores liderado por Artur Chilingárov, por haber llegado donde nadie lo había hecho antes.
Canadá siempre mira al Norte como algo que forma parte de su país, y para ello basta con escuchar las referencias de su himno nacional. Harper se toma ahora muy en serio la última acción de Moscú. Los dos países, junto a EE UU, Dinamarca y Noruega, se disputan esa zona del planeta administrada por las Naciones Unidas. Por eso dijo que está dispuesto a "actuar con vigor" para proteger la soberanía canadiense en el Ártico, "a medida que el interés por la región va creciendo".
Harper hizo esta afirmación en un discurso en Fort Simpson, en el territorio del Noroeste, durante el cual comparó al Polo Norte con un almacén "rico en energía y minerales". Se calcula que bajo el casquete polar hay reservas energéticas equivalentes a 10.000 millones de barriles de petróleo, así como minerales como oro, níquel y diamantes.
"Los canadienses deben reconocer que hay una convergencia de factores económicos, medioambientales y estratégicos que tendrán un impacto crítico en el futuro del país", dijo Harper. Al margen de este choque, tanto Canadá como Rusia deben pasar por la ONU para que les acepte lo que reclaman. Moscú está recopilando pruebas para hacer su petición formal antes de 2008 y demostrar que la placa continental se extiende más allá del límite de las 200 millas marinas. Ottawa tiene de plazo hasta 2013. Los dos países, con Dinamarca y Noruega, son firmantes de la Convención sobre la Ley del Mar. Estados Unidos no es signatario.
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