La novia incrédula
La chica que sale desde que tenía 12 años con el presunto asesino de Fernanda Fabiola en Tenerife lo ve "incapaz de matar a una niña"
Yasmín Victoria asegura ser la persona que mejor conoce a Héctor Fabio, el presunto asesino de la niña de 15 años Fernanda Fabiola Urzúa, muerta en la localidad tinerfeña de El Fraile. Vivían juntos desde hace siete meses y eran novios desde hace seis años, poco después de que él llegara a España. Héctor tenía 22; ella, 12. A Yasmín no le tiembla la voz cuando dice que ella sabe mejor que nadie que su novio "no sería capaz de matar a una niña". Olvida que él mismo lo ha confesado así a los investigadores.
"Algo habrá hecho si lo han detenido y se ha montado todo este follón, pero estoy segura de que no la mató", asegura por teléfono la joven de 18 años, nacida en Madrid pero criada en Canarias. Desde que el pasado miércoles la Guardia Civil detuvo a Héctor, Yasmín se ha vuelto más invisible de lo que ya de era. Sólo dice que está "en un pueblo". Con alguien que le repite: "Cuelga, cuelga, no hables con nadie". Yasmín habla seca y tajante, salvo para decir que espera que pronto "se deje de echar mierda" sobre ellos. "Nos han jodido la vida", repite.
La joven, que no estaba con su novio la noche en que lo detuvieron, fue por su propio pie a la comisaría de la Guardia Civil cuando una amiga le dijo que la policía la estaba buscando. "Yo no tenía nada que ocultar", dice orgullosa. Tampoco estaba con él la noche en que desapareció Fernanda, aunque es posible que sí estuviera en la misma fiesta en la que estuvo la niña antes de ser asesinada. "Puede", responde un tanto chula.
La chica ve "inútil" contar algo sobre su relación con Héctor porque la gente "va a creer lo que le dé la gana, ahora no hacen más que echar mierda". Describe así su vida en El Fraile: "Tranquila, como la de cualquier pareja: trabajar, pasear y volver a casa". Si se le insinúa que para los vecinos Héctor era un tipo extraño, sube el tono: "Si no saludábamos a nadie es porque no somos hipócritas; a ver si te crees que yo voy levantando a todo el mundo la mano como si fuera Shakira".
Con firmeza, niega que su "chico" sea un borracho, como insinuaron ayer algunos vecinos. "Ya veo que en el pueblo hay mucho chismoso, se ha dicho que tenía dos mujeres, una colombiana y una española. La gente no tiene ni idea, una es su hermana, la otra, la única mujer, soy yo". También le parece "estúpido" pensar que Héctor sea un mujeriego. Pero al poco de empezar a salir juntos, en 2002, él presionó a una turista extranjera para que subiese a su coche y mantuviesen relaciones sexuales. Sucedió entre Playa de las Américas y Los Cristianos, según fuentes policiales, que precisan que no tenía antecedentes penales, pero estaba fichado. "Todo eso es mentira", dice Yasmín.
"Pedirán disculpas"
Según su versión, Héctor, que se encuentra en un módulo preventivo de la cárcel de Tenerife II, está "nervioso por lo que se pueda encontrar en prisión". Ella, que ha hablado unas cuantas veces con él y que mantiene contacto permanente con su abogada, confía en que salga pronto. Y espera que los vecinos desfilen entonces por su casa: "Mucha gente tendrá que venir a pedirnos disculpas por lo que están diciendo".
La frialdad y la rabia de Yasmín contrastan con la resignación y la impotencia de Yoel, el novio de Fernanda Fabiola. Llevaban juntos apenas dos semanas, pero el chaval de 17 años, que trabaja de peón en la agricultura, está "muy tocado". Además del dolor por la pérdida de su chica, de quien se enamoró desde "el primer momento" que la vio, el chico arrastra un esguince que se hizo durante las tareas de búsqueda de la niña. Tanto él como otros amigos estaban ayer en el homenaje que rindieron a las 20.00 horas (21.00 en la Península) cientos de vecinos de El Fraile en la parroquia del pueblo, que estaba a rebosar y donde también se encontraban el padre y un tío de la niña. Todos habían respirado un poco más tranquilos al saber que la autopsia confirma que no fue violada. "Dentro de lo que cabe, es un consuelo", se conformó una profesora de Fernanda.
Era una niña muy temperamental, que no se amilanaba con nadie, según quienes la conocían. Un dato que encaja en la reconstrucción que hicieron ayer los investigadores. El pasado día 26 de julio, después de salir de una fiesta en el local de Los Salesianos, Fernanda regresó a su casa por el camino de Don Virgilio, un sendero de tierra y piedras, sin iluminar, un atajo entre El Fraile y Ten-Bel, donde vivía. En ese pequeño recorrido de no más de un kilómetro Héctor Fabio la asaltó. Desde su enorme furgoneta azul le instó a mantener relaciones sexuales. Fernanda se negó y probablemente amenazó con llamar a la policía. Él se bajó del vehículo y le propinó un puñetazo que la dejó inconsciente. La metió en la Dodge azul y se la llevó a un descampado. Cuando se disponía a abusar sexualmente de ella, la niña despertó e intentó escaparse. Se revolvió, gritó y dio patadas. Una pedrada en la cabeza acabó con su vida.
La declaración de varias personas, "dos o tres, una de ellas un joven magrebí", según fuentes de la investigación, fue crucial para dar con el asesino. La peor parte, además de la familia, se la han llevado los amigos de Fernanda. La madre de uno de ellos lamentaba ayer: "Estos días han estado en una nube, ahora se empiezan a dar cuenta de lo que ha sucedido".
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