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La Cámara de Comercio calcula que los daños causados ascienden a 62 millones

El encargado de la horchatería Sirvent, una de las más conocidas de Barcelona, tuvo que tirar 350 litros de horchata, 120 litros de granizado de limón y 40 de leche merengada por culpa del apagón. Traducido a cifras, asegura que perdió 10.000 euros y todo lo que dejó de ingresar durante el día entero que estuvo sin luz por culpa de la avería.

Con Sirvent y los miles de comercios, restaurantes y empresas de Barcelona afectados, el apagón se ha llevado por delante entre 60 y 62 millones de euros. Éste es el cálculo que ha realizado la Cámara de Comercio de Barcelona a partir de los productos que las empresas y establecimientos han perdido y las ventas que dejaron de hacer durante las horas en las que no tuvieron suministro eléctrico.

Los particulares sólo tienen que llamar por teléfono y decir su número de póliza para conseguir la compensación, pero las empresas tendrán que aportar documentación.

Endesa, que es la compañía que comercializa la electricidad en Cataluña, se enfrentará a las reclamaciones mientras se dilucida si el fiasco eléctrico ha sido responsabilidad suya o de Red Eléctrica de España (REE). También pagará las indemnizaciones a los clientes particulares. De momento ya ha tramitado cerca de 27.700 reclamaciones -un equipo de 900 personas atiende a los afectados- y algunos clientes ya saben la cantidad que se van a embolsar.

Daniele, un italiano de 31 años afincado en Barcelona, es uno de ellos. Estuvo 57 horas sin luz y va a recibir 300 euros. "Es estupendo: 300 euros por dos días. Y además el apagón casi no me afectó, porque tenía la nevera prácticamente vacía", cuenta sonriente. "Esto pasa en Italia y no te pagan ni un duro", asegura.

La transacción entre la empresa y el cliente está dando lugar a casos de regateo. Jaime, de 50 años, acudió ayer, junto a su esposa, a reclamar una indemnización. Estuvo sin electricidad dos días y medio, y también va a recibir 300 euros, aunque ha tenido que insistir para conseguirlos. "Vine el lunes y me ofrecieron 150 euros, y dije que no. Hoy, una persona diferente me ha dado 300", afirma. "Me han preguntado en cuánto valoraba la comida que he perdido. He respondido que en 350 euros, y al final hemos acordado los 300, que es el máximo que te ofrecen sin pedirte recibos ni facturas", explica.

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