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El proyecto socialista de Chávez divide a sus partidarios entre pragmáticos y radicales

El ex ministro de Defensa venezolano avisa: "Antes de redistribuir la riqueza, debemos crearla"

El movimiento chavista venezolano vive hoy un profundo debate sobre qué modelo de socialismo quiere para el siglo XXI. ¿Radical o pragmático? La polémica la sembró el general y ex ministro de Defensa Raúl Isaías Baduel, un hombre muy cercano y respetado por el presidente Hugo Chávez. En su discurso de despedida del cargo, la semana pasada, el militar dijo en presencia del mandatario: "Debemos inventar el socialismo del nuevo siglo, pero no de una forma caótica y desordenada... Antes de redistribuir la riqueza, debemos crearla. No podemos redistribuir lo que no tenemos". Chávez lo escuchó y encajó la crítica, pero los más radicales del chavismo creen que Baduel es un traidor.

Las palabras del general Baduel han abierto un intenso debate en estos días de julio -un mes siempre sembrado de conmemoraciones militares en Venezuela-. Por primera vez en muchos años, la polémica política no la desata el propio presidente Chávez ni la oposición, sino un hombre tranquilo que elige el momento de su paso al retiro y de su despedida al frente del Ministerio de Defensa, cargo que ocupaba desde junio de 2006.

Baduel, un militar con gran ascendente sobre Chávez y uno de los fundadores junto al presidente del Movimiento Revolucionario Bolivariano hace una década, alertó sobre los riesgos de repetir los errores que hundieron a los sistemas socialistas en otros países y otras épocas. Señaló que el socialismo que se pretende instaurar en Venezuela no tiene por qué estar reñido con la democracia ni con la propiedad privada. Advirtió de que el capitalismo de Estado, un sistema en el que el Gobierno asuma todos los sectores productivos y los servicios, sería una pésima alternativa al capitalismo neoliberal que se pretende desterrar.

"Debe estar claro que un sistema socialista de producción no es incompatible con un sistema político profundamente demócrata, con controles y separación de poderes", dijo el general en la Academia Militar de Caracas. Además, Baduel señaló que el carácter popular del movimiento chavista no es una razón para tolerar que la implantación del modelo socialista se haga en forma anárquica.

El discurso de Baduel provocó un cisma en la arena política venezolana. Los chavistas moderados y algunos sectores de la oposición también moderados lo respaldaron, mientras que los más radicales adeptos al presidente prácticamente lo tacharon de traidor. Baduel contradijo abiertamente la posición de Chávez, quien constantemente habla de un socialismo radical muy enfrentado al sector privado, que promueve las nacionalizaciones y que es bastante desordenado en las iniciativas que emprende. Todo esto se produce, además, en pleno proceso de formación del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Chávez estaba presente cuando Baduel habló. De hecho, el presidente había hablado justo antes insistiendo en sus ideas radicales. Sin embargo, encajó bien el golpe. "Es un discurso iluminado, ordeno que se reproduzca y se distribuya en todo el país", dijo el mandatario, quien presentó a Baduel como un practicante del "pensamiento crítico" que necesita la revolución. Chávez dejó entrever que Baduel bien podrá ocupar más adelante otro cargo en el Gobierno o en el Partido Socialista que está por crearse.

Hugo Chávez (izquierda) conversa con el general Raúl Baduel durante una ceremonia militar en 2006.
Hugo Chávez (izquierda) conversa con el general Raúl Baduel durante una ceremonia militar en 2006.EFE

Raúl Baduel, el salvador

Raúl Isaías Baduel, de 52 años, no sólo es amigo de Chávez y fundador del Movimiento Bolivariano, es también el hombre que salvó el Gobierno del presidente venezolano del golpe de Estado de abril de 2002. En el momento en que Baduel amenazó con marchar sobre Caracas, Chávez recuperó el poder sin disparar un tiro.

Desde ese día, el militar, que ya era bastante cercano a Chávez, pasó a ser del círculo más íntimo del presidente. Ascendió sin parar hasta llegar a general en jefe del Ejército y ministro de Defensa. Mucho tiempo había pasado desde sus comienzos como secretario privado de Chávez, en las primeras épocas del Gobierno bolivariano, allá por 1999, siendo coronel. Conspira con Chávez para el golpe de 1992 pero no participa en éste. Se mantiene casi en la clandestinidad hasta la llegada de Chávez al poder por las urnas en 1998.

Tras su polémico discurso de la semana pasada, no se despidió con el grito de "Patria, socialismo o muerte", sino con un "Dios, todopoderoso y eterno".

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