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Reportaje:

Blair inicia su 'misión imposible'

El político británico visita Jerusalén por primera vez como enviado del Cuarteto

Una energética ayudante del ex primer ministro británico Tony Blair explicaba ayer en Jerusalén su llegada como nuevo enviado del Cuarteto internacional: "Más que una visita oficial, esta primera gira tiene como objetivo palpar el ambiente, situarse en el huracán de Oriente Próximo y establecer las pautas de la misión". Mientras descansaba brevemente y preparaba sus reuniones en una suite presidencial del histórico hotel King David de Jerusalén, los 12 miembros del equipo de Blair en la zona se desvivían para solucionar todos los requisitos y problemas que la estancia de un líder mundial de su talla comportan.

En primer lugar, el calendario. Los componentes del Cuarteto (EE UU, Rusia, la ONU y la UE) han decidido que Blair esté en Jerusalén y Ramala una semana al mes, dando énfasis a la parte palestina. El primer objetivo de la misión imposible de Blair, como dicen sus críticos, como establece el mandato otorgado, es ayudar a reconstruir las instituciones políticas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). El presidente Mahmud Abbas confía en el carisma y contactos internacionales de Blair para recaudar fondos que llenen las arcas palestinas. Pese a ello, fuentes del Gobierno israelí aseguraban ayer que "Blair no se limitará a temas económicos, y tarde o temprano se dedicará también al proceso negociador entre las dos partes".

En segundo lugar, ¿dónde vivirá? Blair ha hecho saber a sus allegados que desea trasladarse a la sede de Naciones Unidas, en el barrio de Armon Hanatziv, con una impresionante vista del casco antiguo de Jerusalén. En estos momentos, unos 200 empleados de la ONU comparten pequeños despachos en este complejo que usa el organismo internacional desde 1948. Blair tampoco es ajeno al simbolismo. Y es que este enorme palacio (traducción literal del término Armon) fue utilizado por el Mandato británico de Palestina, antes de la creación del Estado de Israel en 1948.

Pero Blair ha descartado connotaciones históricas en la elección de su lugar de residencia y de trabajo al argumentar que era el mismo escenario que pidió su antecesor, James Wolfeson. Empleados de la ONU expresaron ayer sus dudas ante el hecho de que el complejo de Armon Hanatziv, y más tras la evacuación del personal de Gaza, "se ha quedado muy pequeño". Este serio inconveniente fue el que provocó que Wolfeson tuviera que instalar su cuartel general en el hotel American Colony, en la parte oriental de la ciudad.

Blair, que ayer se reunió con la ministra israelí de Exteriores, Tzpi Livni, tendrá hoy su verdadero bautizo como enviado del Cuarteto. Por la mañana en Ramala (Cisjordania) se encontrará con Abbas, y por la tarde en Jerusalén, con el primer ministro israelí, Ehud Olmert.

Donde no estará Blair es en Gaza, marginando así al Gobierno islamista de Hamás. Ayer, Fawzi Barhum, portavoz de este grupo, dijo: "Excluir a Hamás es excluir a gran parte de la población palestina. Si Blair no se reúne con nosotros, provocará el fracaso no sólo de su misión, sino de la comunidad internacional". Por si acaso, añadió: "Estamos dispuestos a reunirnos con Blair, no con Israel".

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[Por otra parte, un diputado de Al Fatah resultó herido leve ayer en sus oficinas en Gaza, tras un ataque de hombres armados. Al Fatah acusó del mismo a la fuerza ejecutiva de Hamás. El movimiento islamista lo negó].

Tzipi Livni saluda a Tony Blair ayer en Jerusalén.
Tzipi Livni saluda a Tony Blair ayer en Jerusalén.REUTERS

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